Mi artículo para el periódico La Opinión (sábado 3 junio 2017)
Hola Mundo.
Una
vez demostrada la ineficacia de las rogativas a la Virgen como
solución a la falta de agua que padece la región de Murcia, solo
cabe una posibilidad y es recurrir a la danza de la lluvia que en
numerosas culturas se ejecuta para invocarla y garantizar el éxito
de la cosecha. No queda otra que instar a nuestros parlamentarios a
que, encabezados por el presidente López
Miras,
hagan como los indígenas zuñi de Nuevo México, se adornen con
plumas y turquesas que simbolizan el viento y la lluvia
respectivamente y bailen en círculo hasta que llueva o el gobierno
de Rajoy
–harto de verles en televisión danzando en taparrabos- se decida a
encabezar un gran pacto nacional del agua. No solo por la región de
Murcia, sino por una cuestión de Estado que afecta a toda España
porque los ciclos de sequía serán cada vez más largos y frecuentes
como consecuencia del cambio climático. Mayo ha sido el mes más
seco de los últimos 34 años.