Cuando los niños hacen algo malo en el cole y se entera el profe, en primer lugar lo niegan porque admitir la verdad suele ser cosa de adultos responsables. Y mientras el maestro les está echando el réspice con cara de mala uva buscan alguna excusa -todavía son jóvenes para el error administrativo- al tiempo que ponen todas sus neuronas a funcionar intentando dar con el acusica que se ha chivado. Son niños. Les cuesta asumir las consecuencias de sus actos. No se detienen a analizar si lo que han hecho estuvo bien o mal. Ya les digo: son niños y lo que les importa es dar con el chivato y, si es posible, propinarle una buena colleja para que se acuerde. Hay excepciones. No todos los niños son iguales.
Pues empiezo a tener la impresión de que algunos dirigentes políticos de esta región son como niños. Cuando son pillados cometiendo una travesura inconfesable: o bien lo niegan o se inventan alguna excusa del tipo "error administrativo". A renglón seguido se ponen a buscar al chivato que lo ha filtrado. No reflexionan sobre si lo que han hecho estuvo bien o mal. Si era legal o ético. Eso les importa un pimiento. Lo único que les preocupa es que se sepa y no dudan en poner su cerebro a pleno rendimiento con tal de dar con el acusica. La operación caza de brujas se pone en marcha y no dejan rincón del patio sin rebuscar. Ya les digo: son como niños. No es la primera vez. Ocurrió por ejemplo con C's tras el escándalo de las facturas. La gravedad de los hechos desvelados les importó lo justo y menos. A lo único que se dedicaron durante semanas es a la caza del filtrador hasta que dieron con una víctima propicia. Si ellos supieran.
Veamos. Es un hecho que el viernes 28 de octubre el diputado de C's Juanjo Molina se reunió en el despacho de C's en el ayuntamiento de Murcia con dirigentes de la plataforma del soterramiento. Era la segunda reunión en apenas dos semanas. Es un hecho que lo hicieron en presencia de Mario Gómez. Y es un hecho que Molina, en plan Anacleto, Agente Secreto del PP se ofreció a facilitarles una reunión con el presidnete Pedro Antonio Sánchez y a echar una mano con lo de alargar el soterramiento hasta la estación a cambio de lo que el propio Molina definió como "la paz social". Que traducido significa rebajar tensión y dejar de dar la murga con el AVE y el soterramiento. Que conste que lo de "dejar de dar la murga" es interpretación libre del concepto paz social. Y es un hecho que ese ofrecimiento del diputado naranja no era ningún secreto. Se comentó, por ejemplo, durante la reunión que dirigentes de
la plataforma vecinal mantuvieron a los pocos días con dirigentes del PSOE y de PODEMOS.
Molina no dudó en admitirlo en twitter -le gusta Anacleto y presume de ir de pacificador social- para luego medio negarlo intentando infructuosamente desacreditar a quien informa mientras sus huestes buscaban al Piolín que echar sin contemplaciones al gato Silvestre.
San Agustín dijo "La Verdad es como un León: no necesita ser defendida. Déjenla libre y se defenderá por sí misma". Un tuit vale más que mil palabras. Ahora ya sabemos que la plataforma seguirá dando la murga, es decir, exigiendo el soterramiento pactado en 2006. Eso se desprende de su tuit aunque haya confundido al delegado de acción institucional de C's, Antonio Puche que admite que cada día entiende menos. Normal. A Puche le está pasando lo que a muchos votantes de C's y es que cada día entienden menos al partido que les prometió regeneración, transparencia, coherencia y ven ahora que todo era un espejismo.
Lo que, desde luego, parece del todo innecesario es exigir la paz a unos vecinos que no están en guerra contra nadie. Lo único que hacen es concentrarse cada martes, desde hace más de 25 años, en el paso a nivel de Santiago del Mayor -llueva, truene o haga sol- para exigir lo que consideran justo para la séptima ciudad de España y para el bienestar de sus familias. Que sepamos no están quemando contenedores ni apedreando San Esteban. En lo que son muy eficientes -eso nadie lo discute- es en consultar bases de datos, hemerotecas, rastrear prensa nacional, hablar con técnicos de ADIF, revisar BOE y BORM, analizar planos técnicos, influir a través de redes sociales y pillar en contradicciones a los dirigentes políticos. Igual es eso lo que el pacificador Molina entiende por no estar en paz sino en guerra. Ciertamente no suele ser habitual ver a ciudadanos de a pie tan organizados y documentados. A más de un consejero lo han pillado con el paso cambiado. Que pregunten a Bernabé. Quizá por eso los presidentes autonómicos se han resistido tanto a recibirles en San Esteban. Un error de primero de ciencias políticas. A tus amigos cerca y a tus supuestos enemigos, más cerca todavía.
Es loable que un diputado, sea del partido que sea, quiera paz y armonía entre los ciudadanos a los que sirve y representa desde su escaño. Molina puede empezar por su propio partido y grupo parlamentario. Ahí tiene trabajo para aburrir porque está hecho unos zorros aunque posen de buena cara negociando los presupuestos con el gobierno regional. Lo criticable de la misción pacificadora de Molina es que haya pedido docilidad a unos vecinos a cambio de algo que debería ser gratis. Mejorar la vida de la gente debería ser su único objetivo y, que sepamos, alargar el soterramiento hasta la estación mejoraría la vida de muchos ciudadanos.
A C's le esperan días complicados si finalmente citan como investigado (antes imputado) al presidente Pedro Antonio Sánchez ya sea por la trama púnica o por el caso auditorio y no dimite como anunció que haría y firmó en el pacto de investidura ¿Qué harán los de Rivera? ¿Dirán que no es lo mismo meter la pata que meter la mano? ¿Apelarán al error administrativo? ¿Dirán que hay que esperar al juicio oral? Aquí no hay chivato al que señalar aunque, como le han tomado el gusto, capaces son de endosarle la muerte de Manolete o la contaminación del Mar Menor al de Caravaca. Empiezo a tener la impresión de que ellos mismos son conscientes de que tras esta legislatura van a tener pocas posibilidades de revalidar los cuatro escaños que consiguieron en 2015. No descarten ver más pronto que tarde a más de un naranjito ponerse azul cianótico pero con un buen puesto. Al tiempo. La política, para la mayoría, está muy bien remunerada.
No obstante el partido naranja tendrá posibilidades si el PSRM-PSOE de Rafael González Tovar sigue cometiendo torpezas o, lo que ahora denominan, "errores de coordinación". Solo él sabe qué pasó realmente con la reunión de secretarios generales de agrupaciones socialistas de Murcia que convocó un día antes del Pleno que aprobó las ordenanzas fiscales del Ayuntamiento de Murcia y a la que no asistió el portavoz del grupo José Ignacio Gras porque no fue invitado. Las ordenanzas salieron adelante gracias a la abstención del PSOE. Gras no quiere pensar mal y, aunque lo ve todo muy raro, ha aceptado las disculpas de González Tovar pero advierte de que "no quiere líos". Si se vuelve a repetir un error de coordinación de ese tipo está dispuesto incluso a renunciar al acta de concejal ¡Y que se apañen!
Gras, que se pasó la campaña electoral diciendo que quería una "Murcia Amable" -me recordaba aquel anuncio de compresas en el que preguntaban a qué huelen las nubes- ha empezado a descubrir que la política es de todo menos amable. Pedro López se doctoró cuando Tovar se lo quitó de enmedio contra el criterio de la militancia que lo elegió candidato en primarias. Y Miguel Sánchez de C's está haciendo un master acelerado.
Lo que, desde luego, parece del todo innecesario es exigir la paz a unos vecinos que no están en guerra contra nadie. Lo único que hacen es concentrarse cada martes, desde hace más de 25 años, en el paso a nivel de Santiago del Mayor -llueva, truene o haga sol- para exigir lo que consideran justo para la séptima ciudad de España y para el bienestar de sus familias. Que sepamos no están quemando contenedores ni apedreando San Esteban. En lo que son muy eficientes -eso nadie lo discute- es en consultar bases de datos, hemerotecas, rastrear prensa nacional, hablar con técnicos de ADIF, revisar BOE y BORM, analizar planos técnicos, influir a través de redes sociales y pillar en contradicciones a los dirigentes políticos. Igual es eso lo que el pacificador Molina entiende por no estar en paz sino en guerra. Ciertamente no suele ser habitual ver a ciudadanos de a pie tan organizados y documentados. A más de un consejero lo han pillado con el paso cambiado. Que pregunten a Bernabé. Quizá por eso los presidentes autonómicos se han resistido tanto a recibirles en San Esteban. Un error de primero de ciencias políticas. A tus amigos cerca y a tus supuestos enemigos, más cerca todavía.
Es loable que un diputado, sea del partido que sea, quiera paz y armonía entre los ciudadanos a los que sirve y representa desde su escaño. Molina puede empezar por su propio partido y grupo parlamentario. Ahí tiene trabajo para aburrir porque está hecho unos zorros aunque posen de buena cara negociando los presupuestos con el gobierno regional. Lo criticable de la misción pacificadora de Molina es que haya pedido docilidad a unos vecinos a cambio de algo que debería ser gratis. Mejorar la vida de la gente debería ser su único objetivo y, que sepamos, alargar el soterramiento hasta la estación mejoraría la vida de muchos ciudadanos.
A C's le esperan días complicados si finalmente citan como investigado (antes imputado) al presidente Pedro Antonio Sánchez ya sea por la trama púnica o por el caso auditorio y no dimite como anunció que haría y firmó en el pacto de investidura ¿Qué harán los de Rivera? ¿Dirán que no es lo mismo meter la pata que meter la mano? ¿Apelarán al error administrativo? ¿Dirán que hay que esperar al juicio oral? Aquí no hay chivato al que señalar aunque, como le han tomado el gusto, capaces son de endosarle la muerte de Manolete o la contaminación del Mar Menor al de Caravaca. Empiezo a tener la impresión de que ellos mismos son conscientes de que tras esta legislatura van a tener pocas posibilidades de revalidar los cuatro escaños que consiguieron en 2015. No descarten ver más pronto que tarde a más de un naranjito ponerse azul cianótico pero con un buen puesto. Al tiempo. La política, para la mayoría, está muy bien remunerada.
No obstante el partido naranja tendrá posibilidades si el PSRM-PSOE de Rafael González Tovar sigue cometiendo torpezas o, lo que ahora denominan, "errores de coordinación". Solo él sabe qué pasó realmente con la reunión de secretarios generales de agrupaciones socialistas de Murcia que convocó un día antes del Pleno que aprobó las ordenanzas fiscales del Ayuntamiento de Murcia y a la que no asistió el portavoz del grupo José Ignacio Gras porque no fue invitado. Las ordenanzas salieron adelante gracias a la abstención del PSOE. Gras no quiere pensar mal y, aunque lo ve todo muy raro, ha aceptado las disculpas de González Tovar pero advierte de que "no quiere líos". Si se vuelve a repetir un error de coordinación de ese tipo está dispuesto incluso a renunciar al acta de concejal ¡Y que se apañen!
Gras, que se pasó la campaña electoral diciendo que quería una "Murcia Amable" -me recordaba aquel anuncio de compresas en el que preguntaban a qué huelen las nubes- ha empezado a descubrir que la política es de todo menos amable. Pedro López se doctoró cuando Tovar se lo quitó de enmedio contra el criterio de la militancia que lo elegió candidato en primarias. Y Miguel Sánchez de C's está haciendo un master acelerado.