martes, 28 de febrero de 2017

LA REGIÓN DE MURCIA NO ES TEORÍA DE JUEGOS PERO LO PARECE

Hola Mundo.
 
La situación política es tan inestable como impredecible. Terreno abonado para la teoría de juegos con la que algún que otro economista aficionado a la política debe andar haciendo cábalas intentando dar con la fórmula matemática capaz de predecir lo que va a suceder en los próximos días en la región de Murcia. Pero la política no es una ciencia exacta como son las matemáticas.
¿Qué sabemos hasta la fecha? El presidente Pedro Antonio Sánchez ha dicho que antes de arrojar la toalla, se la traga e insiste en la idea de que está siendo víctima de una persecución judicial y de que todo obedece a una estrategia del PSOE para llevarlo ante los tribunales. El coordinador nacional del PP, Martínez Maillo dice que Génova le apoya para presidir el PP porque  no es lo mismo meter la pata que meter la mano. C’s asegura que seguirá pidiendo la dimisión del presidente pero no dice durante cuanto tiempo. Ni pone plazos ni desvela qué hará si el presidente les dice NO el próximo jueves. Albert Rivera ha ofrecido a Rajoy dos años de estabilidad política y mantener el gobierno de la región si quitan a Pedro Antonio Sánchez y ponen a otro candidato. Los naranjas están dispuestos incluso a rebajar sus exigencias permitiendo a Pedro Antonio Sánchez mantener la presidencia del PP y hasta el acta de diputado y por tanto el aforamiento, aunque el pacto de investidura recoge la dimisión de todos los cargos púlblicos y orgánicos de partido en caso de imputación. PODEMOS quiere ponerse a negociar una moción de censura cuanto antes y el PSOE quiere ansiosamente que el presidente dimita ya. La patronal murciana CROEM dice que sería mala una moción de censura e ir a elecciones anticipadas por la inestabilidad que causaría y el Consejo de la Transparencia, finalmente, no ha exigido la dimisión del presidente como quería el PSOE y se ha limitado a recomendar de manera suave la observancia de la ley y del artículo 54 que dice que los imputados entenderán que su permanencia en el cargo es incompatible con la confianza que se debe trasladar a los ciudadanos. Buena parte de los asistentes al pleno del Consejo de la Transparencia -UMU, UPCT, UGT, Thader Consumo, PP y Consejo Jurídico- han entendido que no era cuestión de politizar el consejo y todos han optado por consensuar un texto que apela a la ética y el buen gobierno. Además han entendido que el consejo de la transparencia no es competente para pedir la dimisión de nadie. Horas antes  el PP había arremetido contra su presidente, José Molina del que han dicho "no puede ser el comisionado político de Urralburu y Tovar ni el nuevo Torquemada de la transparencia". El PP insiste en que Pedro Antonio Sánchez no está imputado sino investigado tras la reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal y, por tanto, hay matices que discutir con C's el jueves y Miguel Sánchez responde que investigado e imputado es lo mismo y no hay matices que valgan. Y todo esto sucede con un nuevo fiscal jefe en Murcia, José Luis Díaz Manzanera que posiblemente participe en el interrogatorio al presidente el próximo lunes dado que conoce el caso auditorio en profundidad.

Hasta aquí el minuto y resultado del partido político que, no descarten, podría estar jugándose entre Madrid y Bruselas. Veamos. Se ha especulado con la posibildiad de que  C's, si Sánchez no dimite, apoye una moción de censura técnica que elija a Rosa Peñalver presidenta de un gobierno de transición con el único objetivo de convocar elecciones en seis meses. Sería la única manera que tendría Ciudadanos de demostrar que no son irrelevantes y de que nadie puede firmar con ellos un pacto e incumplirlo sin consecuencias. Se ha barajado la posibilidad de que Pedro Antonio Sánchez convoque elecciones anticipadas si ve inminente una moción de censura para dirigir él la campaña desde San Esteban convencido de que los murcianos le votarán masivamente. En casi todos los escenarios barajados, Sánchez no dimite. Pero - y es una hipótesis- y si Arenas y Valcárcel hubiesen pactado ya una salida. Al fin y al cabo Arenas es vicesecretario del PP para asuntos territoriales con despacho en Génova muy cerca de Rajoy, y Ramón Luis Valcárcel sigue siendo el presidente del PP y origen de la crisis política en la región de Murcia porque cuando él se empeñó en designarle candidato, el guión de lo que estaba por venir ya estaba escrito.

Puestos a especular y a plantear hipótesis y escenarios, podría ser que a estas alturas Pedro Antonio Sánchez hubiese aceptado ya renunciar generosamente a la presidencia del gobierno regional a cambio de mantener la presidencia del PP que ganará en el congreso del próximo 18 de marzo y el acta de diputado en la Asamblea Regional  conservando así su aforamiento. Podría haberse pactado ya que le sustituya la alcaldesa de Archena, Patricia Fernández hasta 2019 en que Pedro Antonio Sánchez, si finalmente el caso auditorio es archivado, volvería a ser el candidato del PP a la presidencia autonómica por la puerta grande y con todo el apoyo de Génova dado su "generoso sacrificio". Aunque las bicefalias son impredecibles y casi siempre traen problemas -veáse el caso Valcárcel-Garre-  sería la solución más sencilla a la crisis política que se está viviendo en la región de Murcia tras la imputación del presidente ya que casi nadie, excepto sus más allegados, apuestan por un archivo rápido del caso auditorio. Por supuesto Patricia Fernández ocuparía la secretaría general del PP tras el próximo congreso regional de manera que si el caso auditorio se tuerce negativamente, Fernández sea el relevo natural de Sánchez al frente del PP de la región de Murcia. Fue Valcárcel quien la bautizó como "la nueva lideresa". Aunque, por lo que sea, también suena el nombre de Domingo Coronado (Torres de Cotillas) que sería más del gusto del presidente como sustituto interino.
 
Con esa fórmula C's podría vender a su electorado que son los regeneradores de la política, que se han cobrado una pieza de caza mayor apartando al presidente de Murcia aunque sea a medias y con rebajas y que siguen siendo relevantes en el panorama político nacional en un momento en el que empiezan a sentirse ninguneados después de que el propio Martínez Maillo haya dicho que "el acuerdo con C's eran lentejas y no había otra opción que asumirlo porque estaba en juego la gobernabilidad de España".  Exactamente lo mismo que debió pensar Pedro Antonio Sánchez con el pacto de investidura que firmó con C's: que eran lentejas y que habría firmado cualquier cosa para garantizar su investidura y el gobierno de la región para el PP.


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Por otra parte el PP evitaría la moción de censura y unas elecciones anticipadas que, con la circunscripción única, podrían ser catastróficas para el PP e incluso para Ciudadanos con la irrupción de partidos como Movimiento Ciudadano de Cartagena o de un supuesto partido regionalista encabezado por Alberto Garre. Además unas elecciones anticipadas por enrocamiento de Sánchez podrían convertirle en el responsable directo de que el PP pierda el gobierno de la región de Murcia y de ahí no se recupera nadie si realmente  está convencido de que el caso judicial se archivará y quiere seguir teniendo opciones en 2019.

Una solución plausible dadas las circunstancias y el revuelo mediático nacional que este asunto está generando y que podría estar preparada por si C's se harta y amaga con la moción de censura técnica. Dudo mucho de que a Rajoy le haya gustado que le pregunten por la situación procesal del presidente murciano en presencia de de Hollande o Macri. Y mañana comparece el fiscal general en el Congreso, José Manuel Maza para explicar si, como parece, recibió indicaciones del ministro de Justicia para ordenar al fiscal anticorrupción no investigar al presidente de Murcia por la trama Púnica de la que pronto tendremos noticias porque el juez Eloy Velasco debe estar a punto de trasladar el caso al TSJ aunque no haya acusación de la fiscalía. La tormenta mediática nacional no tiene visos de escampar  con el desgaste político que conlleva. Inaguantable desde cualquier punto de vista.

Puestos a especular con lo que puede suceder en la región de Murcia, cualquier escenario es posible porque la situación política es tan inestable como impredecible. Terreno abonado para la teoría de juegos, pues juguemos que hasta el Obispo ha tomado la palabra. Menudo lío.