La manifestación
del
soterramiento superó todas las expectativas por mucho que los
palmeros del alcalde Ballesta intenten
minimizarla en redes sociales haciendo con ello el ridículo más
espantoso. Miles de personas de toda la región (Cartagena, Cieza,
Alcantarilla, Beniel, Totanta, Torre Pacheco.....) acudieron ayer
sábado a apoyar a los vecinos de unos barrios del sur que siguen
soñando con conseguir lo que consideran justo y exigen desde hace
más de veinte años: el soterramiento de las vías y la moderanización de toda una ciudad. Y
con su gesta han conseguido algo más valioso aún y es zarandear la
conciencia de muchos murcianos y sacarlos de la tristeza cívica en
la que viven instalados desde hace muchos años al creer que es
imposible revertir decisiones políticas erróneas y cambiar las
cosas.
La
ciudad de Murcia enmudeció ante el clamor de miles de vecinos. El éxito es incontestable pero hasta
el último momento temieron el fracaso de la protesta porque no
contaban con el apoyo de las principales instituciones políticas -su
alcalde les dejó solos- ni podían fletar autobuses como hacen los
gobiernos cuando quieren asegurarse el éxito de una protesta. Bastante tienen con llegar a fin de mes. Solo
ellos saben lo que han rezado organizando la manifestación y cuando
vieron a su paso por las calles de Murcia que cada vez se sumaba más
gente para caminar a su lado codo con codo y sintieron que decenas de
desconocidos hacían suya su lucha y coreaban sus lemas, muchos no
pudieron contener las lágrimas de la emoción y del nudo en la
garganta que todavía les dura y hace que un
día después aún se
les quiebre la voz. Algunos confiesan que no han podido dormir.
¡Basta ya! ¡Hasta aquí hemos llegado! ¡Esta región se merece más! Con esas frases terminó su discurso el portavoz de la plataforma, Joaquín Contreras frente al palacio de San Esteban, sede de un gobierno que sigue negándose a escuchar la voz de buena parte de la sociedad murciana entretenido como está en otras cosas. Porque no es solamente el soterramiento. Se trata de toda la red ferroviaria regional, de las infraestructuras en general y del secular abandono presupuestario que padece la región por parte del Estado.
"Hay alcaldes y alcaldes" tuvo que tragarse Ballesta del presidente de ADIF, Juan Bravo durante la reunión de éste con miembros de la plataforma del soterramiento durante la cual no abrió la boca el alcalde de Murcia y su cara -dicen- era un poema; posiblemente porque en su fuero interno debe reconocer que ha perdido la oportunidad de ser una voz decente, razonable y sensata del PP en la región de Murcia; y que su gestión política de este asunto, como la de los seis consejeros que han pasado por Fomento en los últimos años, ha sido un absoluto desastre hasta el punto de hacer que el ministro de Fomento, Iñigo de la Serna, que ha sido alcalde de Santander y sabe lo importante que es escuchar a los ciudadanos, tenga que enviar a Murcia al presidente de ADIF a pedir perdón a los vecinos porque su alcalde y su presidente regional fueron incapaces de hacerlo cegados por el brillo electoral venidero del AVE YA. Para ellos el muro eran simples molestias. Afortunadamente hubo vocales del PP que ayer entendieron con quién tenían que estar: con sus vecinos.
Las
razones para desconfiar de los políticos son potentes en España, y
en Murcia mucho más. En su mano está revertir esa desafección.
Basta con aplicar sentido común y moral a sus decisiones y dejar de
ver a los vecinos como enemigos porque no lo son. Ignorar lo que ayer ocurrió sería una torpeza porque los que ayer sacaron a la calle a miles de personas envueltas en la bandera de la región no se van a rendir y ahora menos que nunca. Saben que no hay dinero en presupuestos del Estado para el soterramiento. Solo hay dinero para la llegada del AVE en superficie y no se sabe cuándo porque está anunciado para Elche en abril de 2018.