Hola Mundo.
Los
empresarios se han enfadado y no han escatimado vocablos: esperpento,
disparate, indignación, hartazgo... para valorar los Presupuestos
Generales del Estado que un año más vuelven a perjudicar gravemente
a la región de Murcia con 272 millones de euros, el menor nivel
inversor de la década. Para vascos, catalanes y canarios sí hay
millones a manta porque Rajoy
ha convertido el Congreso en un templo de mercaderes donde Murcia no
tiene ni tenderete. El diputado popular
Teodoro García, lejos
de indignarse,
no ha tardado en disculpar la baja inversión con el argumento de que
“es un presupuesto para ejecutar en seis meses y tapar los agujeros
que dejó Zapatero”
como si Rajoy
acabase de llegar a Moncloa. Los agujeros -digo yo- también son de
Mariano.
Para
la región de Murcia se presupuesta poco y se ejecuta menos y por eso
cada año las cuentas del Estado nos dan un susto y las ruedas de
prensa de la patronal recuerdan al día
de la marmota.
Desde 2006 el Estado ha dejado de invertir en nuestra tierra 1.800
millones (el 42% de lo presupuestado). “Y eso ocurre por la falta
de peso político del gobierno regional en Madrid” se ha atrevido a
decir el presidente de CROEM, José
María Albarracín
con
cara de enfado. Rajoy
no ha cumplido su promesa de alcanzar un pacto nacional del agua; y
desde 2001 que Valcárcel
tragó con el AVE a Murcia por Cuenca han pasado 16 años y la región
sigue sin un solo kilómetro de vía electrificada. ¡Ya basta!
Exclama Albarracín
como
descubriendo ahora que en política no basta con selfies y tuits.
La
región de Murcia contabiliza cuatro presidentes en los últimos
cuatro años tras dos largas décadas de valcarcelato.
Murcia se ha convertido en una región de susto o muerte que cada año
que pasa va a menos. Somos la SIN de España en permanente opción
susto que es como el diputado Domingo
Coronado
describe su visión del AVE y el soterramiento: Muerte, si no llega
ya ese tren que Valcárcel
anunció que llegaría al mismo tiempo que a Valencia; Susto, que
llegue el AVE arrollando la ciudad. Para ellos no hay más opciones.
En
el PP están convencidos de que cuando el AVE esté en Murcia se
pasará el susto y que los gritos de los vecinos serán un mal
recuerdo. No les conocen. Los siguen subestimando y no deberían
porque incluso el hombre más humilde se crece como un gigante cuando
se trata de dignidad y del bienestar de sus hijos.
“Estamos
en el poder” recuerdan los populares desde su flamante atalaya,
pero un poder menguado desde 2015 que perdieron la mayoría absoluta.
No pueden ir justificando y disculpando las pírricas inversiones
estatales en la región, ni tratando a los demás con condescendencia
con el horizonte judicial de Pedro
Antonio Sánchez. El
PP ya no es el del todopoderoso Valcárcel
a quien los ciudadanos paraban por la calle con auténtica
fascinación.
La
suerte que tienen los populares es que se enfrentan a una oposición
mediocre y entretenida en tonterías. PSOE, Ciudadanos y PODEMOS se
manifestaron junto a los vecinos por el soterramiento (fotos,
pancartas, declaraciones…) pero ninguno de ellos ha llevado a la
Comisión de Fomento del Congreso la proposición no de ley que
registraron en noviembre de 2016 pidiendo plazos y presupuesto para
el soterramiento integral. ¡Cuánta desidia! El PSRM-PSOE está tan
extraviado que ha permitido incluso que el Congreso apruebe una
proposición no de ley contra los bancos de agua a iniciativa de
PODEMOS. El diputado socialista por Albacete, Manuel
Gabriel González
votó con PODEMOS contra la mercantilización de derechos
concesionales de agua mientras los socialistas murcianos, en la
Asamblea Regional, piden al gobierno de España un Banco Público del
agua que permita cesiones entre cuencas. Los diputados socialistas
murcianos en el Congreso tampoco pintan una mona.
Con
este panorama es lógico que haya votantes buscando desesperadamente
una opción seria a la que poder votar porque no les convence el
menú. Por eso muchos preguntan si sale o no sale el partido de
Alberto
Garre
del que dicen que se parece a Sean
Connery
aunque siempre he pensado que tiene cara de sargento de la Guardia
Civil.
Alberto
Garre,
que no es tan valiente como aparenta, se lo sigue pensando porque hay
mucha gente calentándole la cabeza. Otros antes que él lo
intentaron y fracasaron como
Calero.
En Francia, por ejemplo, Macron
ha
llegado a la presidencia desde la plataforma política “En Marcha”
y Ciudadanos surgió de la plataforma ciudadana Sociedad Civil
Catalana. Una plataforma transversal capaz de aglutinar a mentes bien
amuebladas que estimulen a nuestros representantes políticos en
Madrid mientras sus impulsores ganan visibilidad mediática y suman
apoyos, podría ser la opción a dos años de las autonómicas pero
Garre
no
es Macron
ni
tampoco
Albert Rivera.
Ya
hay dos partidos regionales registrados: Juntos por la Región y
Alternativa Regional y ambos quieren a Garre
mientras
él consulta con la almohada porque sabe que tendría que echarse ese
partido a las espaldas, que la campaña electoral sería durísima,
que atinar con el equipo es clave por aquello del dime
con quién vas y te diré quien eres,
que necesitaría apoyo económico para sortear el apagón mediático
pero, sobre todo, tendría que superar el vértigo a las urnas porqué
él nunca ha ganado unas elecciones. En su pueblo lo veían como el
típico señorito de derechas. Se presentó dos veces a alcalde de
Torre Pacheco y aunque acortó distancias siempre le ganó Pedro
Jiménez
que nunca se perdía un entierro en el pueblo.
Alberto
Garre,
que a sus 65 años no necesita engordar artificialmente su
curriculum, no es un hombre tecnológico. No sabe de qué va twitter.
No tiene whastapp. Que nadie espere de él mediáticas puestas en
escena ni selfies a cascoporro. No es un líder moderno. Tampoco
lleva pulseras. Es más bien gris, de semblante serio y chapado a la
antigua pero, por lo que sea, cayó en gracia y conectó con los
murcianos en los escasos catorce meses que duró su mandato
presidencial consiguiendo situarse como el dirigente político mejor
valorado de la región y el único que aprobaba en los barómetros,
pero de eso hace ya dos años.
En
su crédito político influyó que sí tiene claro qué hay que hacer con el agua en España y fue el único que se pronunció
claramente contra de la corrupción invitando a los imputados a ser
generosos y a dimitir, pero paradójicamente asumió a los imputados
que le dejó Valcárcel
en
la mochila.
No
cesó a
Pedro
Antonio Sánchez
como consejero de Educación cuando la fiscalía presentó su
querella contra él por el caso auditorio porque Cospedal
le llamó pidiéndole encarecidamente que no lo cesara .“Y no te
hablo en clave electoral” le dijo ella engañándole como ahora
reconoce Garre.
Su
delfín Daniel
García
le salió rana en Torre Pacheco porque acabó condenado por adjudicar
contratos a dedo, pero el borrón más negro en su haber político
fue el nombramiento de su amigo Vicente
Martínez Pujalte como
comisionado económico al que dejó hacer a su antojo con el concurso
de la televisión autonómica; también mantuvo a todo el equipo de
Valcárcel
en
San Esteban como habría hecho un presidente interino aunque jura y
perjura que nunca le dijeron que estaba allí para guardar el sillón
a nadie.
A
favor tiene que en tan poco tiempo limitó los mandatos presidenciales a ocho años,
frenó el aumento de circunscripciones electorales que planteó el PP
para perpetuarse en el poder por los siglos de los siglos, rescató
la marca Costa Cálida, aprobó la ley de transparencia, no ocultó
en un cajón el demoledor informe de la intervención sobre la
desaladora de Escombreras e intentó aprobar una Ley del Buen
Gobierno que el grupo parlamentario popular dejó morir. Puede que
también influyera en su éxito social que los ciudadanos prefieren
políticos con gran sentido común y sentido moral a políticos que
tengan una gran visión y energía para impulsarla (en el caso de que
los hubiera). Lo primero que hizo al llegar a San Esteban fue
preguntar a los consejeros si tenían asignada tarjeta Visa ”porque
se han acabado” les dijo.
Garre
sigue
deshojando la margarita tras darse de baja del PP por la inacción de
Rajoy
frente
a la corrupción. Asegura que le mueve la decepción aunque también
hay cierto regusto de rencor en sus palabras. Advirtió a Rajoy
de
todo lo que podía suceder con Pedro
Antonio Sánchez
y se ofreció a encabezar la candidatura popular por la
circunscripción de Cartagena en sustitución de Pilar
Barreiro
con lo que el PP habría logrado el escaño que le falta para la
mayoría absoluta, pero le ignoraron. Cospedal
le
ofreció un puesto en el Senado que luego Valcárcel
y Sánchez
le negaron.
“Si
tuviese un silloncico en el Senado y sus buenos 3.000 euros en el
bolsillo todos los meses, bien callado que estaría” dicen sus
detractores, pero eso es algo que ya nunca sabremos. Dicen también
que “representa el pasado más rancio” y que “su vuelta sería
esperpéntica”, pero al mismo tiempo le definen como “un hombre
recto” que es lo que, según los sociólogos, busca la gente:
personas que inspiren confianza, les digan la verdad y transmitan
honestidad y honradez.
Los
más cercanos aseguran que nunca miente y que su palabra va a misa
como a misa mandó al presidente de Sacyr a quien dijo “¡Los
tontos de provincias se han acabado!” cuando le pidió más dinero
para abrir el aeropuerto de Corvera. Llegado el caso, el lema electoral ya lo
tiene, pero Garre
no es Macron,
España no es Francia y Murcia es un mundo aparte.