Hola Mundo.
Todavía
resuenan las palabras del fiscal general, José
Manuel Maza
diciendo “mientras yo sea fiscal general no permitiré que se acuse
injustamente a un inocente” en relación a Pedro
Antonio Sánchez y
la trama púnica de corrupción.
Maza
debería
hacérselo mirar porque le han desacreditado dos jueces: Eloy
Velasco
de la Audiencia Nacional y el magistrado del TSJ de Murcia, Enrique
Quiñonero
que sí han visto en la actuación del ex presidente hechos punibles
constitutivos de delito: cohecho, fraude y revelación de información
reservada. Por no hablar de la UCO de la Guardia Civil de la que se
llegó a decir desde el Partido Popular que “manipulaba pruebas”.
Un dislate.
Maza,
tras el revelador “Pedro Antonio dónde estás” del reprobado
ministro Catalá
durante el congreso nacional del PP de febrero, intentó dar
carpetazo al asunto púnico murciano pero parece que la operación
“Salvar al soldado PAS” no termina de salir según los planes.
Quizá no contaba con la indiscreción del propio Pedro
Antonio Sánchez
en una emisora de radio provocando con ello que todos los medios de
comunicación nacionales pusieran el foco sobre el político murciano
pero, sobre todo, sobre los tejemanejes de la Fiscalía General que
han terminado con la dimisión de Manuel
Moix
al frente de anticorrupción. Ya lo dijo Maza
“el señor de Murcia se podía haber callado, pero es que les gusta
presumir de que saben mucho y de que son muy poderosos”.
El
juez instructor, que de no haber visto nada habría archivado
directamente tal y como establece la Ley de Enjuiciamiento Criminal,
ha emplazado a las partes para que en diez días formulen escrito de
acusación solicitando la apertura de juicio oral o el sobreseimiento
de la causa. Con que una parte acuse, PAS irá a juicio. No parece
probable que el instructor se contradiga a sí mismo aceptando las
peticiones de sobreseimiento que realizarán las defensas tanto de
Sánchez
como de David
Conesa que
también está procesado. Un asesor que es de todo menos un joven
mileurista
sin apenas capacidad de decisión e influencia. Conesa
se
incorporó a la consejería de Educación en abril de 2014 con un
sueldo de 15.000 euros que Pedro
Antonio Sánchez
dobló hasta los 29.000 euros en solo dos meses. Antes había sido su
mano derecha en el ayuntamiento de Puerto Lumbreras con un salario de
21.680 euros, formó parte de la candidatura del PP a la Asamblea
Regional en 2015 por la circunscripción número 3, fue miembro del
consejo RTRM en representación del PP y desde el último congreso
del partido es secretario del comité electoral.
Que
el juez
Enrique Quiñonero,
con inusitada celeridad, dictara auto de procesamiento contra Sánchez
a
las dos horas de escucharle “declarar para aclarar” ha pillado
con el pie cambiado a los populares que todavía intentan digerirlo
porque contaban con el archivo exprés por aquello de que ese juez es
de los considerados complacientes porque lo propuso Valcárcel.
No habían contado con, de vez en cuando, hay jueces que recuerdan
que su esencia es la independencia.
En
Fiscalía, donde hay profesionales de voluntad inquebrantable, existe
cierta expectación sobre qué hará la fiscal de la Audiencia
Nacional, Teresa
Gálvez
que se desplazó hasta Murcia para dirigir el interrogatorio a
Sánchez.
Dado que la fiscalía es un estamento jerárquico, está maniatada
por el fiscal general. Debe obedecer a sus superiores que concluyeron
que no hay motivos para acusarle porque no llegó a contratar nada y,
por tanto, no se produjo perjuicio a las arcas públicas. Gálvez,
que se ha postulado para ser la nueva fiscal jefe anticorrupción en
sustitución de Moix,
tiene dos opciones: acatar órdenes contra su criterio y contentar a
Maza
o elevar informe a sus superiores solicitando el encausamiento de
Pedro
Antonio Sánchez
a tenor de su declaración con lo que demostraría que está por
encima de presiones políticas y es idónea para el puesto al que
aspira aunque eso disguste al reprobado fiscal general.
El
caso auditorio, sin embargo, ha dado alas a los incondicionales del
#YoconPedroAntonio
gracias a un auto del juez Pérez
Templado
que más bien parece el discurso de un político. El juez, que ahora
sí ha dado motivos para ser recusado, ha arremetido contra las
acusaciones particulares a las que ha criticado por pedir
determinadas diligencias que ha estimado pertinentes la Sala “so
pretexto de fabulosas confabulaciones” que rebasan lo que califica
de "anchurosos límites de este procedimiento para entrar en un
mundo mágico donde toda perfidia tiene su asiento". Lo que más
ha alarmado a las acusaciones ha sido su referencia a la sentencia de
lo contencioso de 2012 que avaló la adjudicación del proyecto del
auditorio al arquitecto Martín
Lejárraga.
Dice Templado
“está aportada a los autos y tendrá en momento sus efectos, que
nadie lo dude”. ¿A qué efectos se refiere? ¿Está anticipando el
archivo de la causa? Aquella sentencia avaló la legalidad del
concurso de ideas convocado a posteriori por el Ayuntamiento de
Puerto Lumbreras para legalizar una adjudicación previa “a dedo”
concluyó la juez de Lorca y la fiscalía. La titular del juzgado de
lo contencioso número 2 de Murcia falló exclusivamente que el
procedimiento administrativo seguido en el concurso de ideas que ganó
Lejárraga
fue
correcto “sin entrar a valorar las irregularidades que hubieran
podido existir previamente”.
El
mensaje clave de López
Miras
con motivo del Día de la Región, no se sabe hasta qué punto en
clave interna, ha sido “unidos somos más fuertes”. En el PP de
la región de Murcia hay dirigentes y militantes muy preocupados
porque no saben si su presidente cumplirá su palabra y se apartará
definitivamente si se abre juicio oral contra él u optará por
resistir hasta que haya sentencia firme alargando aún más la crisis
que empieza hacer mella entre la militancia. “Están
descorazonados” dice un histórico dirigente que también ve cómo
proliferan los cabreados con la actual dirección porque les disgustó
mucho la designación de López
Miras, una
decisión personal de PAS que
no saben cómo defender cuando sus votantes les interpelan y hasta
riñen.
En
el PP están en modo pause a la espera de que los jueces resuelvan de
una vez o alguien caiga del cielo y ponga fin a la pesadilla. Les
adelanto que Ramón
Luis Valcárcel
no quiere saber nada de lo que pasa en su partido. “Yo estoy
preocupado por lo que pasa en el mundo, incluido Murcia” ha
declarado en Onda Cero. No quiere pronunciarse sobre la delicada
situación judicial por la que atraviesa Pedro
Antonio Sánchez
“por razones de responsabilidad, coherencia y elegancia” y añade:
“aquí cuando oímos hablar a algún presidente del gobierno que lo
fue y dejó de serlo pues decimos ¡Hombre qué se calle ya!”
posiblemente en alusión a Garre.
Valcárcel
aboga “por dejar que la gente haga, que las cosas transcurran, que
al final el tiempo clarifique situaciones que hoy están inmersas en
la confusión”. Conclusión: que los populares murcianos se las
tendrán que apañar sin él en el caso de que los jueces acaben
haciendo lo contrario de lo que ellos esperan y siguen dando por
hecho, aunque con una convicción cada vez más endeble tras el susto
de Quiñonero.
El
eurodiputado solo
habla
de Europa pero tiene su miga que los dos aspirantes al título por
aquella época: Juan
Carlos Ruiz
y Pedro
Antonio Sánchez presuntamente
cayeran en las garras de la trama púnica como moscas en la telaraña.
Tanto jugó Valcárcel
a
“pito, pito, gorgorito” que logró ponerlos nerviosos hasta el
punto que ambos creyeron que tener un alto KLOUT en redes sociales
les ayudaría a ascender políticamente. Qué manera más absurda de
perder la reputación que queriendo limpiarla al dar por hecho que el
respeto se gana inundando webs y redes sociales de comentarios
positivos.
Cualquier
agencia de riesgo político diría que la reputación de las siglas
PP cotiza a la baja en la región. Sus votantes son fieles pero hasta
un límite que para muchos se ha rebasado. Es lógico que Fernando
López Miras
aprovechase su comida con los padres del Estatuto de Autonomía –diez
acudieron al almuerzo- para sondear, entre otras cuestiones, por las
posibilidades de éxito de un partido regionalista y regeneracionista
como el que anuncia Alberto
Garre.
Un asunto que sacó a colación el propio López
Miras
demostrando con ello que le ocupa y le preocupa más de lo que
admiten. Según los asistentes se mostró dispuesto a seguir
encabezando el proyecto popular a corto, medio y largo plazo ¿Se
está empezando a postular? ¿Se ha olvidado ya de que su principal
objetivo -según dijo- era restituir la injusticia cometida con Pedro
Antonio?
Igual vemos a Garre
y
a Miras
compitiendo en 2019 por el mismo electorado. Dará gusto verlo. Por
si acaso, voy comprando palomitas.