sábado, 4 de noviembre de 2017

EL SÍNDROME DE LA RANA COCIDA


Hola Mundo.

La región de Murcia va a entrar en el siglo XXI de las infraestructuras ferroviarias desde el siglo XIX sin pasar por el siglo XX ¿Están preparados los monederos de los murcianos para un tren de alta velocidad, más bien velocidad alta dado el trazado por la Vega Baja, cuyo precio por billete no encaja precisamente con el bajo nivel salarial y de pensiones que exhibe la región de Murcia? Solo el 7% de los contratos que se suscriben en Murcia son indefinidos. Estamos a la cola de España en salarios y pensiones aunque eso no impide que los murcianos sean los trabajadores más felices de España según una encuesta de Adecco sobre felicidad en el trabajo. Un tuitero explicó que debe tratarse del “síndrome de la rana cocida” que padecemos los murcianos debido al exceso de sol y que podría definirse como “negación de la realidad y conformismo patológico hasta el extremo de no hacer nada por cambiar las cosas bajo la máxima de que todo es susceptible de empeorar porque más vale malo conocido que bueno por conocer”. Ese síndrome podría ser la clave del éxito político del PP. En realidad, el síndrome de la rana hervida es real y lo describió el escritor y filósofo francés, Olivier Clerc. Hace referencia al desgaste emocional que se genera cuando nos encontramos encerrados en situaciones de las que creemos que es imposible escapar y, por ello, aguantamos y aguantamos fingiendo estar bien.

El AVE no es accesible a todos los bolsillos. Eso es cierto. En cuanto tengan que viajar en ese tren dos miembros de una familia, compensará ampliamente ir en coche a Madrid porque viajar en ese tren saldrá demasiado caro. Y precisamente por eso es vital y crucial que el gobierno regional pelee con RENFE el mantenimiento de trenes de pasajeros a través de Cieza y Albacete a un precio más asequible y adecuado a las nada boyantes economías familiares murcianas. Al fin y al cabo, eso fue lo prometido a Murcia por el entonces ministro, Álvarez Cascos en el pacto de San Esteban de 2001 que encabezó Valcárcel. Uno no, dos trenes AVE nos iban a dar por aceptar el AVE por Alicante y los amaestrados empresarios murcianos se lo creyeron. Todos a una con Ramón Luis gritaron cual dartacanes.

La región de Murcia acumula años de retraso y atraso ferroviario. Es incalculable el lucro económico cesante. Ya en 2003, tras el trágico accidente de Chinchilla en el que murieron abrasadas 19 personas al chocar un tren de mercancías cargado de gasoil con uno de pasajeros, el entonces vicepresidente de la comunidad, Antonio Gómez Fayren clamó y exigió una línea ferroviaria decente para la región de Murcia y caso omiso. Los murcianos seguimos esperando el AVE que ahora se anuncia para la primavera de 2018, mientras a la variante de Camarillas le queda como mínimo un año porque, aunque está al 65% de ejecución, ahora deben construir una galería junto a unos de los túneles debido a la nueva normativa de seguridad. Tampoco hay planes para desdoblar y electrificar esa vía férrea como habría sido lo decente y responsable desde hace muchos años.

Los murcianos no solo somos víctimas de la sumisión política ante Madrid, sino que venimos sufriendo y pagando una cascada de decisiones políticas erróneas por mala planificación en unos casos e intereses inconfesables en otros. Veamos. El auténtico polo turístico de la región de Murcia por sus maravillosos restos arqueológicos, el puerto y los cruceros es Cartagena. Me atrevería a decir que la línea del AVE a ciudad portuaria y no el soterramiento debería haber sido la auténtica prioridad del gobierno regional si, como dicen, solo les mueve el interés general.

Hoy tampoco estaríamos hablando del polémico y costoso soterramiento de las vías entre Senda de los Garres y Barriomar cuyo coste se cifra en 600 millones de euros si en su día, con permiso del fallecido Samper, hubiesen apostado por la opción de ubicar la estación de trenes al norte de la ciudad donde ahora se ubica el centro comercial Nueva Condomina donde el PGOU reservó terreno industrial; o si la propia plataforma del soterramiento, que también ha dado sonoros bandazos, hubiese aceptado la opción de hacer una nueva estación en Los Dolores, a tan solo tres kilómetros de El Carmen. El portavoz de la plataforma Joaquín Contreras, obcecado con el convenio del soterramiento de 2006, llegó a calificar de “cacidada” la opción propuesta por Valcárcel en 2012 de llevar la estación de trenes a Los Dolores. Contreras dijo que el presidente regional estaba proponiendo “una estación de pueblo”, aunque ahora sus camaradas aceptarían con los ojos cerrados esa alternativa ante la perspectiva de años de interminables obras y el riesgo de que se paralice el soterramiento con cualquier excusa política o económica como ha sucedido en Valladolid. Algo que muchos murcianos no afectados directamente por las vías no verían del todo mal porque creen, aunque no se atreven a verbalizarlo, que hay necesidades en sanidad y educación más importantes que soterrar las vías en tramos donde apenas hay viviendas.

De haberse optado por la alternativa norte que traía el tren desde Elche siguiendo el corredor de la A-7, el AVE ya estaría en Murcia. La alternativa defendida en su día por la pedanía de Alquerías, el gobierno valenciano y los ayuntamientos de Orihuela y Benejúzar era la más recomendable técnica, ambiental y económicamente porque ya entonces los vecinos exigían el soterramiento. Donde ahora se ubica el centro comercial y el estadio de fútbol, había terreno de sobra para haber ubicado la nueva estación multimodal de trenes y autobuses de Murcia sacando del centro de la ciudad unas estaciones que están encajonadas en los barrios del Carmen y San Andrés. Pero el gobierno regional, RENFE y el ayuntamiento de Murcia alegaron en contra y prosperó la opción sur por la Vega Baja “por sus excelentes condiciones de accesibilidad” dijeron.

Finalmente se eligió la alternativa Sur a pesar de ser un recorrido más largo, que ha resultado más costoso económicamente (cuanto más dinero en juego mejor para algunos) y con un mayor impacto ambiental al discurrir por zonas inundables y de huerta. El norte habría sido lo más conveniente para el interés general, pero puede que lo menos rentable para el interés particular de algunos como ha demostrado el caso judicial Nueva Condomina que sentará en el banquillo a Cámara (dos años estuvo sin sacar dinero del cajero) acusado de un delito de prevaricación por favorecer los intereses del empresario en perjuicio de la ciudad de Murcia.

Lo más triste y lamentable es que durante el periodo de información pública de las alternativas norte y sur (corría el año 2002) solo se presentaron 33 alegaciones lo que demuestra la falta de interés y la pasividad de la sociedad murciana de aquella época que ahora se lleva las manos a la cabeza por el muro del AVE en superficie cuando pudo haber peleado por alternativas más adecuadas.

La estación en los Dolores, presupuestada en su día en 50 millones de euros, se propuso más tarde y también habría sido una opción infinitamente más barata y sencilla que el soterramiento porque permite desviar todos los trenes, incluidos mercancías, por una nueva plataforma paralela a la autovía del Reguerón para enlazar de nuevo con la vía férrea en Sangonera la Seca. Una opción que también habría sacado las vías del tren del centro de Alcantarilla cuyo alcalde, Joaquín Buendía no dice nada, pero tiene un grave problema del que van a dar cuenta los vecinos de las Tejeras concentrándose cada miércoles en el entorno de las vías.

Valcárcel propuso con firmeza esa opción porque el propio PGOU había reservado una franja de terreno para un corredor ferroviario bajo la denominación (NI), pero la plataforma del soterramiento inexplicablemente la rechazó. Y Cámara y Sánchez Carrillo rápidamente se lo quitaron de la cabeza a Valcárcel por intereses que solo ellos conocen.

No duden de que hay mucho dinero en juego con el plan especial del Carmen que se aprobó en 2010 para generar plusvalías urbanísticas con las que sufragar las costosas obras del soterramiento. Un plan especial del Carmen (aprobado sin informes preceptivos de CHS sino del EPA que acabará anulando la justicia) que urbaniza un total de 207.290 m2 de los que 141.026 m2 pertenecen a ADIF, 11.559 m2 pertenecen a Gas Natural, 23.503 m2 están en manos particulares deseando que se soterren las vías para hacer negocio y 18.316 m2 pertenecían a LATBUS que ya dio un pelotazo al vender esos terrenos por 19 millones de euros.

El 23 de junio de 2006, solo un día después del convenio del AVE, la empresa de transporte vendió en escritura pública los 18.631m2 de sus viejas cocheras situadas en el entorno de la estación de El Carmen a la compañía inmobiliaria Urbis S.A que finalmente acabó quebrando. El precio se fijó en función de la edificabilidad futura que iban a tener esos terrenos ya que en la escritura se hizo constar que tenían inicialmente asignada una edificabilidad de 0,6m2/m2, pero se añadía un dato que ni Latbus ni Urbis debían conocer en esa fecha y era que por razón de la llegada del AVE estaba prevista la modificación del Plan General de Murcia en la que el indice de edificabilidad, por considerarse más adecuado para la viabilidad económica de la actuación, sería del 0,9%m2/m2. Latbus nunca explicó cómo supo que el aprovechamiento urbanístico se incrementaría un 50% . Solo algún ingenuo sigue creyendo que no hubo información privilegiada.

Tanto la alternativa Norte como Los Dolores eran opciones más ventajosas técnica, ambiental y económicamente para el interés general que mantener la estación en el Carmen con el consiguiente y millonario soterramiento de las vías que ahora se proyecta, pero esas opciones habrían dado al traste con los pelotazos pasados y los que han de venir. Definitivamente, los murcianos padecemos el síndrome de la rana cocida.