Hola Mundo.
A
Ciudadanos y al PP les inquieta el efecto Garre.
A la derecha en la región de Murcia le va a suceder lo que a la
izquierda hace cuatro años: que se la repartieron PODEMOS, PSOE e
IU; con la dificultad añadida de que en 2019 solo habrá una
circunscripción electoral.
A
los populares les inquieta tanto que
algunos andan
rumiando la manera de desactivarlo, después de que más de 3.500
personas hayan llamado a esa puerta y firmado un manifiesto titulado
“Hasta aquí hemos llegado” que cualquiera, sea cual sea su
ideología, suscribiría con los ojos cerrados; porque clama por la
regeneración política y porque la región sea tratada como merece
tras años de maltrato en financiación, agua e infraestructuras.
La
última ocurrencia ha
sido filtrar que están en marcha contactos de aproximación con
Alberto
Garre
mediante
el también pachequero y ex consejero
Benito Mercader, para
convencerle y hacer que vuelva al redil popular a cambio de un
puestecico bien remunerado. Operación
Mercader
bautizaron a esta operación que se complementó con la publicación
en prensa de una encuesta que, aparte de concluir que Fernando
López Miras
es el político más conocido y valorado de la región, asegura que
la mitad de los entrevistados no creen que haga falta una formación
regionalista. Más bien diría que es al contrario y el director de
la empresa CSA Consultores, el politólogo Javier
Sierra,
lo sabe perfectamente porque tiene datos que indican que Garre
obtendría siete escaños, solo que nunca lo admitirá públicamente.
El
objetivo de la maniobra de desactivación ha consistido en hacer
creer a muchos de los que confían en que Alberto
Garre devolverá
algo de ética a la vida política,
que en el último momento dará la espantada dejando colgadas a miles
de personas a cambio de una buena jubilación. Está claro que el
promotor de tan burda ocurrencia no conoce al abogado de Torre
Pacheco, que si de algo puede presumir es de convicciones firmes y de
que “su palabra va a misa”. El día que dio el portazo a Rajoy,
lo hizo para siempre.
No,
no se trata de intentos de aproximación a Garre
para hacerle desistir de encabezar un partido político. En realidad,
la operación
Mercader debería
llamarse operación
candidato porque
oculta
el intento de golpe de timón de un grupo populares, empresarios,
directivos e intelectuales vinculados a la derecha (parte de la
sociedad civil murciana) para evitar el precipicio electoral al que
se dirige el PP viento
en popa a toda vela
por un capitán inexperto y sin capacidad de liderazgo político; que
además sigue rodeado de todo el séquito de PAS y cumpliendo al pie
de la letra el manual de instrucciones con el que se convirtió en
presidente
por sorpresa . Recuerden
que aceptó el puesto
“para
restituir una injusticia tras haber llorado todo lo que tenía que
llorar” según confesó tras la dimisión forzada de su mentor.
Ese
grupo de gente está observando que
López Miras
no termina de arrancar, por más que le empujan, y eso está causando
mucho nerviosismo y ansiedad. Por eso no se ha producido el cierre de
filas que todos esperaban en el partido. Tampoco ayuda que PAS se
haya ido para quedarse. Saben que para ganar elecciones no basta con
recortarse la melena y tener la bendición del dueño de la UCAM que
le
ha augurado un gran futuro político. PAS tuvo ese apoyo cuasi divino
y perdió 11 escaños y la mayoría absoluta.
En
el PP están los partidarios de taparse los ojos y encomendarse a la
Virgen para que el golpe no sea muy doloroso en 2019. “Si nos han
de dar una tunda en la urnas que sea con éste al frente” dicen. Y
luego están los que no se resignan a perder el gobierno para que
entre la izquierda en San Esteban en el convencimiento de que si eso
sucede nunca lo recuperarán o, al menos, pasarán muchos años dado
el efecto colateral que tiene levantar alfombras.
Ese
fundado temor ha hecho que desde el pasado verano surja un movimiento
soterrado de un grupo de personas muy discretas (pero cada vez más
activo y organizado) dispuesto a dar de plazo a López
Miras
hasta diciembre o enero para que muestre progresos evidentes. De lo
contrario plantearán seriamente a Génova la posibilidad y
conveniencia de cambiar de candidato con la mirada puesta en las
negociaciones a futuro. “No hay más solución” admiten porque
saben que tendrán que verse las caras con Alberto
Garre
que antes de dar la presidencia a López
Miras
se corta las manos.
Garre
no olvida ni perdona que cuando abandonó el PP en el que había
militando durante casi 30 años, López
Miras
ordenó redactar un comunicado de prensa que no logró que firmaran
los ediles del PP en Torre Pacheco aunque remitió a los medios,
contando que el grupo municipal de Torre Pacheco se sentía
profundamente traicionado y decepcionado por Alberto
Garre
porque se habían enterado por la prensa de su dimisión. Nada más
lejos de la realidad. Todos los populares pachequeros estaban
advertidos por el propio Garre
de
que en cuanto imputasen a Pedro
Antonio Sánchez
se marcharía del PP. Es más, poco días antes todos compartieron un
desayuno de despedida en el restaurante La Almazara del caserío de
Santa Rosalía junto a Dolores de Pacheco.
En
Génova están al tanto de lo que se cuece en Murcia (de ese
movimiento soterrado de una parte de la sociedad civil vinculada a la
derecha) y no lo han frenado pudiendo haber dicho BASTA. Se están
limitando a observar y a escuchar lo que les cuentan sin
comprometerse. En Murcia, mientras tanto, sopesan opciones los que
han decidido proclamar que el Rey va desnudo y buscan otro príncipe
capaz de amortiguar el golpe y de llegar a acuerdos con Garre
que,
de carambola, podría convertirse en presidente como ocurrió con
Revilla
en
Cantabria.
Se
busca candidato con buen curriculum y experiencia política que
mantenga una buena relación con Garre
y
no tenga nada que perder por intentarlo sabiendo que puede cosechar
los peores resultados electorales de la historia del PP en la región
de Murcia. Eso implica que el elegido debe tener un buen trabajo,
cierto prestigio profesional y la capacidad de convencer a la
sociedad murciana de que el PP de los últimos dos años quedó atrás
como un mal sueño. Sobre la mesa está el nombre de un militante del
PP, que ha ostentado cargos orgánicos e institucionales, dicen que
de acreditada solvencia intelectual y laboral, que ya ha dicho que
“siempre ha estado y estará a disposición de lo que ordene su
partido”, pero ha advertido a los que han llamado a su puerta que
solo dará el paso si cuenta con el apoyo incondicional y explícito
de Génova.
El éxito de la operación
candidato
pasa inexorablemente por Madrid porque el partido en Murcia (el
cogollo central) está controlado férreamente por PAS
y López
Miras que
lógicamente se resistirán.
Y
luego está el efecto Bernabé
que ya veremos cómo lo gestionan para que no eclipse al presidente
de la comunidad autónoma desde una atalaya tan mediática como la
Delegación del Gobierno.
Desde
San Esteban han filtrado que su nombramiento se produce a instancias
de López
Miras
para dotar a la Delegación del Gobierno de mayor perfil político
cuando, en realidad, es el gobierno regional el que necesita de mayor
perfil político y de gestión. Otras fuentes apuntan a que la
sustitución de
Sánchez Solís
se produce a instancias del ministro de Fomento, descontento con su
gestión en las vías del ferrocarril donde se han producido graves
actos vandálicos y justo cuando la empresa ALDESA amenaza con
marcharse si siguen quemando maquinaria.
El
tiempo dirá con qué encomienda llega Bernabé
a la Delegación del Gobierno y si, como dicen, viene para ser el
látigo de los vecinos de las vías. Su vehemencia le precede y en
redes sociales ha criticado duramente a la plataforma del
soterramiento con la que ahora tendrá que lidiar. Ya se verá si la
Delegación del Gobierno se convierte en su trampolín político para
misiones más elevadas. Bernabé
es
ambicioso y ha tenido la habilidad de sobrevivir al efecto uvas y al
efecto látigo pasando por Valcárcel,
Garre, Pedro Antonio Sánchez
y ahora
López Miras.
Cayó en desgracia con Valcárcel
por criticar que autorizara al ex consejero
Marqués
a dar una rueda de prensa en la sede del PP para defenderse de sus
imputaciones judiciales por corrupción. Lo rescató Garre
nombrándole consejero de Fomento y bebió con gusto de su doctrina
de la generosidad que deben exhibir los altos cargos imputados
dimitiendo ipso facto; para luego defender con pasión que Pedro
Antonio Sánchez no
dimitiera pese a su doble imputación por los casos auditorio y
púnica. Diría que el auténtico hashtag de Bernabé
es #yoconBernabé: un político al que le va la marcha y el rock and
roll, que siendo alcalde de La Unión batalló contra el macropuerto
de El Gorguel y nada más jurar como consejero de Fomento, lo
defendió.
Mientras
tanto el embrión el partido regionalista sigue sumando apoyos. Ya
tiene presencia en todos los municipios, disponen de un local de
trabajo en La Flota y han creado doce comisiones de trabajo cuyo
objetivo no es otro que recabar las propuestas políticas de expertos
y ciudadanos; y construir un traje a medida para la región de Murcia
novedoso e ilusionante. Garre
no quiere vestir a la región de rebajas y está exigiendo a su
equipo un traje sin rastro de arrugas. Su intención es concurrir a
las elecciones autonómicas y a las municipales en 2019 aunque eso
eleve la apuesta. “Vamos a por todas “ dice Don
Alberto (así
le llama la gente)
con la seguridad de quien no se siente solo porque le acompaña un
ejército mientras muy soterradamente se planea la operación
candidato en
el PP.