Hola Mundo.
El portavoz del grupo parlamentario popular, Víctor Martínez es el único que en las últimas horas ha insuflado algo de ánimo y esperanza a la familia del PP en la Región de Murcia mostrando el camino de salida al concejal de Fomento, Roque Ortiz que viene de la UGT y no lleva más de un año afiliado al PP. Víctor Martínez es un hombre pragmático que sabe que hay pulsos en política que no se pueden ganar y el caso Roque es uno de ellos, como lo es el de la senadora y ex alcaldesa de Cartagena, Pilar Barreiro cuya cabeza exige Ciudadanos para aprobar los Presupuestos Generales del Estado.
El enrocamiento del alcalde Ballesta protegiendo a su amigo Roque Ortiz que tanto le apoyó para lograr el rectorado de la Universidad de Murcia, ha puesto en una situación delicada al presidente del partido, Fernando López Miras a quien también ha mostrado el camino su portavoz parlamentario. No cabe otra que mostrarse expeditivo contra la corrupción que, según el CIS, sigue siendo uno de los temas que más preocupan a los ciudadanos. López Miras, que en este caso no puede esperar a que un juez decida por él, está tardando en llamar a capítulo a Ballesta para cerrar cuanto antes una crisis que la oposición intentará alargar en su propio beneficio. Puede incluso abrir expediente disciplinario al militante Roque Ortiz que para eso está el comité de disciplina. on una ley electoral reformada y la circunscripción única, la única opción de López Miras es echar a patadas del partido esas caciquiles maneras de trabajar. El PP no se puede permitir crisis políticas en ciudades tan decisivas electoralmente como Murcia y Cartagena.
El PSOE en el Ayuntamiento de Murcia no puede registrar en solitario una moción de censura. Solo puede impulsarla porque es necesaria la firma de la mitad más uno de los concejales. Se requiere la firma de 15 ediles por lo que la última palabra la tendrá el grupo Ciudadanos de Mario Gómez que igual le da por los ultimátums como hizo Miguel Sánchez con PAS para dilatarlo en el tiempo. El PSOE no tiene nada que perder y mucho que ganar impulsando esa moción de censura. Si sale adelante, podrán presentarse ante la sociedad murciana como la alternativa que son y todavía no creen que son; y si no sale, habrán hecho que se retrate la formación naranja que sube en las encuestas a cuenta de la regeneración política al mismo tiempo que sustentan al gobierno que tanto critican por amparar la corrupción. El edil Mario Gómez, que quiere reunirse en privado con Ballesta, ya ha dicho "tomarán las medidas oportunas y necesarias, pero sin prisas ni circos".
Se equivoca el alcalde Ballesta si cree que la tormenta escampara en pocos días como la del viaje gratis de Roque Ortiz a Estambul en el jet privado de un promotor; y digo gratis porque aún no ha mostrado las facturas que acreditan que lo pagó de su bolsillo. A menos de un año para las elecciones autonómicas y municipales, las palabras de Roque en la sede del partido y en presencia de la secretaria general y del coordinador general, son un filón político que la oposición va a exprimir hasta la última gota. La estrategia de intentar aparentar normalidad es errónea. Hay pulsos en política que no se pueden ganar, Ballesta lo sabe y López Miras también. La cuestión es durante cuánto tiempo someterán al partido a un desgaste inncesario.