Una fábula de Esopo titulada “El caballo, el ciervo y el cazador” dice así: Un caballo decidió vengarse de cierto venado que lo había ofendido y emprendió la persecución de su enemigo. Pronto se dio cuenta de que solo no podría alcanzarlo y, entonces, pidió ayuda a un cazador. El cazador accedió, pero le dijo: “Si deseas dar caza al ciervo debes permitirme colocarte este hierro entre las mandíbulas, para poderte guiar con estas riendas, y dejar que te coloque esta silla sobre el lomo para poderte cabalgar estable mientras perseguimos al enemigo”. El caballo accedió a las condiciones. Y el cazador se apresuró a ensillarlo y embridarlo. Luego, con la ayuda del cazador, el caballo no tardó en vencer al ciervo. Entonces le dijo al cazador: “Ahora apéate de mi y quitame esos arreos del hocico y el lomo”. “No tan rápido, amigo -respondió el cazador-. Ahora te tengo tomado por la brida y las espuelas y prefiero quedarme contigo como regalo”.
Pablo Casado ha entrado en modo pánico y ya ha dicho que está dispuesto a que la extrema derecha entre en el gobierno de España. A Fernando López Miras tampoco le salen las cuentas y dice que está dispuesto a pactar con VOX para que esta región avance. Pero hacia dónde se puede avanzar con un partido abiertamente xenófobo, machista y autoritario que hace purgas de periodistas por limitarse a informar, veta a medios de comunicación, admite que no es un partido democrático y que nunca lo será, detesta que formemos parte de la Unión Europea, quiere obligar a las mujeres a parir aunque sean violadas, minimiza los asesinatos machistas de mujeres y, por supuesto, plantea suprimir los Parlamentos Autonómicos en donde quieren entrar y de los que han comido durante años muchos de sus ahora candidatos. Es el caso de Lourdes Méndez, una mujer del PP de toda la vida hasta que Rajoy la dejó fuera de las listas en 2015 y cambió de barco para seguir comiendo del pesebre político. Sí, la candidata que arremete contra la reforma del Estatuto de Autonomía de la región de Murcia de cuyo texto solo se ha leído el prólogo, dice que plantar una lechuga también es medio ambiente cuando le preguntan por cambio climático y ve ideología de género hasta en la taza del váter.
¿Hacia dónde se puede avanzar con un partido de extrema derecha que reúne todas las señales para que cunda la alerta y se disparen todas las alarmas democráticas? Rechazan las reglas democráticas del juego, niegan la legitimidad de los adversarios políticos afirmando que sus rivales constituyen una amenaza existencial ya sea para la seguridad nacional o para el modo imperante de vida, toleran la violencia y se niegan a condenar actos destacados de violencia política tanto pasados como acontecidos en otros lugares del mundo. Y, sobre todo, muestran su total predisposición a restringir las libertades civiles de la oposición incluidos los medios de comunicación. ¡O la continuidad histórica de España o el caos y la violencia!" grita Abascal como el autócrata populista que es.
Tanto Fernando López Miras como Pablo Casado están dispuestos a abdicar ante VOX con la falsa creencia de que es posible controlar y domar el autoritarismo. “Cuando lo que se tiene delante es a un déspota en potencia, la élite política debe rechazarlo sin ambigüedades y hacer todo lo posible por defender las instituciones, aunque ello implique aunar temporalmente fuerzas son sus adversarios más acérrimos” advierten Steven Levitsky y Daniel Ziblatt en su libro “Cómo mueren las democracias.
La prensa internacional (Financial Times, The Economist, Le Monde...) no oculta su temor a la extrema derecha española y asiste con estupor a la irresponsabilidad que están demostrando PP y Ciudadanos empeñados ambos en calificar de "peligro público" a Pedro Sánchez cuando el auténtico peligro se llama Santiago Abascal como en Francia se llama Le Pen, Víctor Orban en Hungría o Salvini en Italia... En Europa no terminan de entender que los partidos políticos españoles, que deben ser garantes de la Democracia, renuncien a poner un "cordón sanitario" a la ultraderecha de franquistas confesos como se ha hecho en otros países como Francia o Suecia.
La prensa internacional (Financial Times, The Economist, Le Monde...) no oculta su temor a la extrema derecha española y asiste con estupor a la irresponsabilidad que están demostrando PP y Ciudadanos empeñados ambos en calificar de "peligro público" a Pedro Sánchez cuando el auténtico peligro se llama Santiago Abascal como en Francia se llama Le Pen, Víctor Orban en Hungría o Salvini en Italia... En Europa no terminan de entender que los partidos políticos españoles, que deben ser garantes de la Democracia, renuncien a poner un "cordón sanitario" a la ultraderecha de franquistas confesos como se ha hecho en otros países como Francia o Suecia.
La historia está repleta de ejemplos terribles que nos deberían hacer reflexionara a todos. Mussolini en Italia, Hitler en Alemania, Fujimori en Perú, Víctor Orban en Hungría, Hugo Chávez en Venezuela, Putin en Rusia, Erdogan en Turquía o Ferdinand Marcos en Filipinas son claros ejemplos de cómo mueren las Democracias víctimas del autoritarismo populista y demagogo que germina tanto a derechas como a izquierdas. Ninguno de ellos llegó al poder con las armas ni con los tanques, sino con los votos de los ciudadanos. Y una vez dentro de las instituciones y del gobierno empezaron a desmantelar la Democracia: unos de forma abrupta y otros de manera paulatina, de forma casi imperceptible, con el pretexto legítimo de combatir la corrupción, potenciar la seguridad nacional o mejorar la calidad de la Democracia. Todos manejaron la ley con una eficacia devastadora a favor de sus intereses personales. Pues ese riesgo cierto existe en España porque el PP, en vez de arrinconar a los ultras y mantenerles al margen del poder, está dispuesto a apoyarse en ellos, a que formen parte de su Consejo de Ministros para alcanzar el poder sin percatarse del peligro que conlleva para la Democracia española y para toda la Unión Europea. El PP está dispuesto a dejarse ensillar y embridar como en la fábula de Esopo. Casado será la montura de Abascal y Rivera el mozo de cuadra.
"Podría pararme en mitad de la Quinta Avenida, disparar a gente y no perdería votos" dijo Donald Trump y Abascal podría hacer lo mismo en este momento en España y tampoco perdería adeptos. Le bastaría con gritar ¡Viva España! mientras dispara. En un país en el que la verdad ya no importa, solo lo que parece, los bulos campan a sus anchas, la evidencia de los datos y los hechos no modifica nuestro pensamiento y la mentira política es legal y hasta aplaudida, cualquier cosa es posible. VOX ha construido su relato sobre MENTIRAS que la gente quiere creer. VOX se alimenta de la indignación de la gente y de la desinformación. Saben que la inmensa mayoría de los ciudadanos votará sin contrastar, sin documentarse. Como si el voto fuese algo intrascendente. Sin percatarse de las terribles consecuencias que un voto irresponsable puede tener para sus vidas y las de sus familias. A muchos votantes les están engañando con mensajes falsos que vuelan a velocidad de vértigo por la red de la incultura que en regiones como Murcia aún hacen más daño. Investigadores británicos han descubierto un comando de casi 3000 cuentas de Twitter bots con origen en Venezuela que difunde mensajes de odio al Islam y a favor del partido VOX.
Santiago Abascal no ha dado un palo al agua en su vida. Lleva viviendo de la política desde la mayoría de edad y ahora dice con toda su caradura que "hay que elegir entre el Estado del Bienestar de los españoles o el de los políticos". Su gestión al frente de los chiringuitos donde le enchufó Esperanza Aguirre fue lamentable. Eliminó las primarias en su partido para enchufar en las listas al Congreso a su madre, su hermana y a su tía. Propone la vuelta de la mili que evitó pidiendo tres prórrogas con lo patriótico que ahora se muestra entonando el himno de la Legión. Apuesta por la enseñanza privada con la excusa de que los padres decidan la educación de sus hijos según sus convicciones cuando, en realidad, quiere decir según sus capacidades económicas. Habla sin pudor de armar a la población para que defiendan sus hogares. Arremete contra lo que denomina "dictadura progre" desde la dictadura franquista que él representa. Intenta hacer creer a la población que el jamón de cerdo está en peligro. Fomenta el odio contra las mujeres que reclaman igualdad desde la desigualdad que muchas padecen en sus trabajos, en sus hogares. La protección de mujeres y niños víctimas de violencia de género le parece prescindible, no así los toros y la caza para los que sí están justificadas las subvenciones de dinero público. Plantea suprimir los 17 parlamentos autonómicos donde, sin embargo, están deseando sentar sus posaderas para empezar a hacer caja con cargo al erario público. Algunos están tan ansiosos por pillar cacho que acaparan candidaturas: Luis Gestoso es número 3 de VOX al Congreso y número 6 de VOX a la Asamblea Regional. "No consta que figure en la lista para hacer de Niño Jesús en el portal de Belén de la Catedral" como dijo un tuitero.
Ninguna fuerza política española debería pactar con VOX, un partido abiertamente mentiroso, homófobo, racista, xenófobo, que promueve la discriminación, el odio y la violencia. Ellos mismos lo han reconocido al denunciar ofendidos "el PSOE quiere ilegalizarnos" porque han leído que el programa electoral socialista incluye un párrafo generalista que dice textualmente: “impulsaremos la aplicación efectiva de la Ley de Partidos para ilegalizar los partidos racistas, xenófobos y los que promuevan la discriminación, el odio y la violencia”.
VOX no es la causa sino la consecuencia de años de corrupción política a manos llenas y de tibieza y pactos en la intimidad con el insaciable independentismo catalán del que ciertamente todos estamos hasta los cojones, pero no podemos caer en su trampa y votar masivamente a la extrema derecha como quieren Puigdemont, Torra y Rufián para enconar aún más el conflicto catalán y mostrarse ante la comunidad internacional como víctimas de los ultras del gobierno español. VOX también es la consecuencia de una crisis que solo ha recortado a los de siempre porque para los dirigentes políticos nunca hay recortes ni crisis. Y VOX es la consecuencia de una generación de dirigentes estúpidos e inmaduros que cree que la política es un videojuego de realidad virtual.
La desafección política de la que viene advirtiendo el CIS desde hace muchos años ha parido a VOX como parió a PODEMOS. Ahí está la criatura que como Saturno amenaza con devorar la Democracia española que, me temo, no es tan fuerte como creemos y menos en un país tan cainita como el nuestro donde seguimos sin tener un símbolo que nos una a todos porque han dejado la bandera española hecha un trapo de tanto manosearla con fines partidistas. VOX es el cazador de nuestra fábula. Una vez encima del caballo -una vez dentro del gobierno- nunca más querrá bajar. ¿Está en riesgo la Democracia en España? Sí, creo que sí por eso debemos votar con conciencia histórica, contra el odio, contra el miedo y contra la desinformación.
La desafección política de la que viene advirtiendo el CIS desde hace muchos años ha parido a VOX como parió a PODEMOS. Ahí está la criatura que como Saturno amenaza con devorar la Democracia española que, me temo, no es tan fuerte como creemos y menos en un país tan cainita como el nuestro donde seguimos sin tener un símbolo que nos una a todos porque han dejado la bandera española hecha un trapo de tanto manosearla con fines partidistas. VOX es el cazador de nuestra fábula. Una vez encima del caballo -una vez dentro del gobierno- nunca más querrá bajar. ¿Está en riesgo la Democracia en España? Sí, creo que sí por eso debemos votar con conciencia histórica, contra el odio, contra el miedo y contra la desinformación.