domingo, 24 de noviembre de 2019

ABUSONES

Hola Mundo.

La ultraderecha, que ganó las elecciones generales en la región de Murcia, ha impedido que el Parlamento murciano se pronuncie a favor de los derechos de la infancia con motivo del Día Universal del Niño. ¿Con qué argumentos? Pues según Juan José Liarte porque la protección de la infancia va ligada al desarrollo sostenible del planeta que marca la agenda 2030 de la ONU y eso "tiene carga política y va contra España". Qué osada es la ignorancia y más en una región con tantos niños en riesgo de exclusión social. Se han opuesto a que se lea una declaración que básicamente defiende el bienestar infantil y que cese la explotación de miles de niños y niñas en todo el mundo. La ultraderecha española fuera de los consensos de Naciones Unidas.




No se confundan. El problema no son los menores gays a los que la ultraderecha tilda de "semejante cosa", ni las mujeres a las que quieren mudas y sumisas, ni los niños que arriesgan su vida huyendo de la miseria, el hambre y la guerra y VOX intenta cosificar, deshumanizar. El auténtico problema en España es que hay partidos prestos a limpiar los esputos de odio que escupen. 
 
¿Quién no ha conocido o padecido a un abusón a lo largo de su vida? En la escuela, en el instituto o en el trabajo. Los abusones hostigan a los que consideran más débiles. Ponen motes, ridiculizan, se mofan, excluyen, mienten, señalan y, por supuesto, reafirman su liderazgo delante de su séquito. Los abusones carecen de empatía. Para los abusones solo hay dos bandos: o estás a favor de él incondicionalmente o formas parte del enemigo.

La desafección y la crisis ha parido una estirpe de mandatarios que entienden la política como el ejercicio de la intimidación, la demostración de dominio y la demanda de sumisión. Trump se ha convertido en el ejemplo número uno de la política llevada a cabo por los abusones y tiene alumnos aventajados en España que intoxican el debate y obligan al resto a hablar de sus temas.

Más que un partido, VOX es una banda de abusones que quiere robarnos la alegría de vivir en un país que en absoluto les pertenece. Y no dudan para ello en insultar, mentir, gritar y en señalar incluso a los niños, los más vulnerables. Defienden a los no nacidos, pero exigen la deportación inmediata de los niños de piel oscura emigrados desde África. VOX se desmarca de la Convención de los Derechos del Niño de la ONU, que el pasado 20 de noviembre cumplió 30 años, porque obliga a los Estados a dar prioridad al "interés superior del niño" en cualquier medida que le afecte; a no discriminarlo por razón de sexo, religión, origen nacional, étnico o social; y a garantizar la protección de todos sus derechos". No se trata por tanto de ideología política, se trata solamente de maldad humana.




En cualquier país avanzado, la negativa de VOX a firmar esa declaración institucional a favor de los derechos de los niños habría bastado para que sus socios del PP y Ciudadanos dijeran BASTA, pero ya son parte de su séquito.  No hay abusón sin  compinches. Cómplices  serviles que en privado reconocen no estar de acuerdo con los postulados populistas del abusón, pero en público no se atreven a contradecirles. Total, no hay nadie en frente que les señale. Solo poesía alhameña. El PSRM-PSOE no llega y cuando lo hace, ya es tarde, posiblemente por un grupo parlamentario bastante mediocre que se está mostrando incapaz de conectar con la ciudadanía y sus inquietudes. Un grupo absolutamente plano. La región de Murcia padece muchos males  y uno de ellos es una oposición muda y ausente. Los socialistas, con 17 diputados, deambulan como vaca sin cencerro.

En Italia ha surgido un movimiento de reacción a Matteo Salvini. Allá donde va, concentración pacífica de respuesta cantando el Bella Ciao, un himno de la resistencia italiana contra el fascismo de Benito Mussolini y las tropas nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Miles de italianos han decidido plantar batalla a la extrema derecha en un momento clave de retroceso democrático en Europa. "Existe una necesidad de movilización entre los ciudadanos que los partidos de izquierda no pueden satisfacer", ha explicado en una entrevista en el diario online 'Quotidiano', Massimiliano Panarari, consultor de comunicación política y profesor de la Universidad de Luiss en Roma. Ante un Gobierno débil, los ciudadanos italianos se han dado cuenta de que para parar a Salvini tienen que hacerlo de otro modo y ha surgido el movimiento de "las sardinas" que se extiende por el país y empieza a poner nervioso al político ultraderechista que ha respondido en twitter llamándoles "imbéciles".


En Suiza, un grupo urbano y liberal de jóvenes  veinteañeros se ha movilizado en los últimos cuatro años para luchar contra varias iniciativas ultraconservadoras. Con el nombre de Operación Líbero, han ganado todas sus batallas a la ultradrecha -incluyendo un intento de expulsar a los extranjeros delincuentes- con una campaña de gran dinamismo y cambiando el modelo narrativo. "Para derrotar a la derecha radical hay que romper su control de la narrativa. Tenemos que creer en nuestros objetivos y dejar de cantar la canción populista, solo nuestra propia canción. Si presumes de superioridad moral, pierdes" asegura  Flavia Kleiner, colíder de la Operación Líbero. 

En La lengua del Tercer Reich, Victor Klemperer, un académico judío que milagrosamente sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial en Alemania, describe cómo el nazismo “se introducía en la carne y la sangre de las masas a través de palabras aisladas, de expresiones y de formas sintácticas que imponía repitiéndolas millones de veces y que eran adoptadas de forma mecánica e inconsciente”. No fue fruto de la casualidad. Paul Joseph Goebbels dirigió el Ministerio de Educación Popular y Propaganda, una cartera que fue creada por Adolf Hitler a su llegada al poder en 1933.  Desde ese puesto desarrolló los principios de la propaganda nazi que operaron con gran eficacia logrando engañar a millones de personas.


No queda otra que recuperar el control del lenguaje, bajar al barro y librar la batalla de las palabras para ganar la guerra de las ideas. Las prácticas discursivas forjan y construyen hábitos de pensamiento. 

El periodista Juan Teixeira es cofundador de la publicación digital Eulixe y repasó los principios de la propaganda nazi acutalizados a VOX:


-Principio de simplificación y del enemigo único: Adoptar una única idea, un único símbolo; individualizar al adversario en un único enemigo.

-Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo. Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.

-Principio de la transposición: Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”.

-Principio de la exageración y desfiguración: Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.

-Principio de la vulgarización: “Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar”.

-Principio de orquestación: “La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas”. De aquí viene también la famosa frase: “Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad”. 

-Principio de renovación: Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que cuando el adversario responda el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.

-Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sonda o de informaciones fragmentarias.

-Principio de la silenciación. Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines. Ahí tienen el veto a los medios de comunicación.

-Principio de la transfusión: Por regla general la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales; se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.

-Principio de la unanimidad: Llegar a convencer a mucha gente que se piensa “como todo el mundo”, creando impresión de unanimidad.


La idea es ESPAÑA, y el enemigo, todo aquel que atente contra su unidad y su grandiosidad. ¿Y qué  enemigo dice la ultraderecha que atenta contra España? Un enemigo formado por moros, menas, maricones, comunistas, feministas, progres, ecologistas, periodistas y podemitas que quieren destruirla.  En la Alemania nazi eran los judíos. Fin de la cita.


No se dejen engañar. La ultraderecha no viene a solucionar nada. Su objetivo  no es otro que destruir el Estado de derecho y los derechos fundamentales. Demoler con mentiras un modelo de convivencia basado en la igualdad y el respeto. Desprecia la Democracia. Ha venido a robarnos la alegría de vivir en un país que en absoluto les pertenece por mucho que griten, manipulen y señalen. Porque la diferencia nos hace iguales, ha llegado el momento de señalarles como lo que son: abusones. No se trata de ideología política, es maldad.