El presidente de la Asamblea Regional, Alberto Castillo pretende ventilarse la conmemoración del Día Internacional para la eliminación de la violencia contra la mujer el próximo 25 de noviembre, con un acto en la calle de apenas cinco minutos que, además, ha programado a las cinco de la tarde. Y todavía se permite anunciar que lo hace "para visibilizar su NO rotundo a la violencia de género".
Nada que ver con la solemnidad del acto institucional de años anteriores dentro de la Asamblea Regional como las víctimas merecen. Un acto emotivo en el que se encendían velas por cada una de las mujeres asesinadas ese año en España y los asistentes, nunca acudían menos de 600 personas de toda la región, depositaban rosas blancas en recuerdo de las mujeres cruelmente asesinadas. Un acto plural de reconocimiento a las víctimas de la violencia de género dentro del Patio de los Ayuntamientos en el que todos cabían y al que todos acudían. Sobre todo, las asociaciones de mujeres de la región de Murcia que acudían orgullosas y emocionadas a un acto tan especial y simbólico en la casa de todos los murcianos.
Alberto Castillo, de Ciudadanos, ha hecho caso omiso de la petición expresa del grupo parlamentario socialista que le solicitó que siguiera conmemorando el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer con la solemnidad que se había venido haciendo durante la IX legislatura donde se recordaba, una a una, a las mujeres asesinadas por violencia de género en nuestro país.
Pero no. Alberto Castillo ha optado por un acto que solo sirve para cubrir el expediente. Y no puede poner como excusa al grupo parlamentario VOX y su negativa a condenar la violencia machista. VOX ni pincha ni corta en los actos institucionales que la Asamblea Regional organiza desde presidencia. El partido ultradrechista solo puede impedir que salga adelante una Declaración Institucional en Pleno, como sucedió el pasado miércoles con la Declaración a favor de la infancia, ya que se requiere de unanimidad parlamentaria.
No hay excusa que valga. Es más bien cuestión de desgana y holgazanería por parte de quien presume por las esquinas de ser la segunda institución pública de la región de Murcia. Lo peor de todo es que a nadie sorprende.