domingo, 10 de enero de 2021

EL SILENCIO DE LOS CORDEROS

Hola Mundo.

Seguimos sin confinar la incompetencia política que sistemáticamente busca el equilibro entre salud y economía con un virus puñetero que siempre nos ha llevado la delantera y que nunca ha llegado a controlarse en España. Nunca, por mucha nueva normalidad que nos vendieran irresponsablemente desde Moncloa para salvar el verano.

La pandemia sigue desbocada en España, también en la región de Murcia. Nada nuevo. Los  expertos, los no escuchados, lo vienen anunciando desde hace semanas, pero preferimos festejar a sobrevivir y ahora pagamos las consecuencias. Apelar a la responsabilidad individual es garantía de fracaso, de ahí, que sea tan importante que los dirigentes políticos sean valientes y atinen con sus decisiones. Solo que la gestión de la pandemia por parte del gobierno regional de López Miras está marcada por la incoherencia y la irresponsabilidad. Es un hecho contrastable y objetivo. Tanto, como la irresponsabilidad de miles de personas que han celebrado la Navidad como si el virus no existiese, muchos de ellos alentados por la aparente normalidad que proporcionan los bares abiertos para el tardeo y los eventos navideños programados por alcaldes adictos al postureo. 

El gobierno regional  solo tuvo suerte con la primera ola. No preparó a la Región de Murcia para la segunda ola y debido a sus relajadas restricciones en diciembre y nula anticipación, hará que la tercera ola tenga consecuencias brutales en vidas humanas y económicas. Lo peor está por llegar dado el elevadísimo número de contagios e ingresos hospitalarios. Y ahora el presidente autonómico riñe a los ciudadanos por no ser más responsables, por no cumplir las medidas a rajatabla, por irse de copas y aperitivos mañaneros. Los mismos ciudadanos a los que condecoró con la Medalla de Oro de la Rregión demostrando, una vez más, que gobierna de cara a la galería, buscando el titular y  "me gusta" en twitter.

¿Se arrepiente de haber relajado las medidas decretadas en noviembre que hicieron que la Región de Murcia registrase en diciembre la menor tasa de incidencia de toda España? Le preguntaron al presidente López Miras el pasado jueves. Y de su respuesta se deduce que no se arrepiente. Eso sí, parapetado tras las recomendaciones de los supuestos expertos que integran el Comité Covid que asesora al ejecutivo regional. Solo que no hay actas de sus reuniones. Nadie sabe en qué informes se basan para tomar las decisiones que nos afectan a todos. No sabemos si hay voces discrepantes dentro de ese comité. Lo que sí sabemos es que desde el atril de San Esteban llegaron a pedir a los ciudadanos que se quedasen en casa para evitar contagios al mismo tiempo que les animaban a salir a la calle a consumir para ayudar al sector hostelero.


Es absolutamente comprensible la desesperación y hastío de los sanitarios que ven como los políticos calculan medidas tibias en función de la clientela electoral. Que piensan que los aplausos solo fueron fruto del miedo colectivo En Murcia y en toda España se relajaron las medidas de control adoptadas en noviembre. ¿De qué sirven pues los modelos matemáticos que desde noviembre vienen advirtiendo de un importante repunte de casos en enero? El pasado 14 de diciembre, el profesor Antonio Guirao que analiza matemáticamente la evolución de la pandemia para el Instituto de Salud Carlos III advirtió de un nuevo riesgo de rebrote. "El equilibrio es inestable y cualquier pequeño cambio de la efectividad de las medidas hará que la epidemia empiece a crecer de nuevo. La epidemia sigue creciendo en la región de Murcia aunque el número de contagios se mantenga aproximadamente estable. Desde el 20 de noviembre se han flexibilizado las medidas paulatinamente, por municipios. El escenario más probable es de un rebrote que, de pasarse por alto en los próximos días, tendría consecuencias graves a partir de enero". 

El gobierno regional  pasó por alto las advertencias, ignoró las predicciones y relajó las medidas que se habían demostrado efectivas porque había que salvar la Navidad en términos económicos aún sabiendo del elevado coste en vidas que eso tendrá. Pero es que el coronavirus no solo nos quita el olfato y el gusto, también la empatía. Contamos muertos como si nada. 777 muertos en la Región de Muria desde que comenzó la pandemia y subiendo. El colapso hospitalario está cada vez más cerca, pero el gobierno regional ha esperado a que pasen las fiestas navideñas para adoptar nuevas restricciones que son tibias.

De nada sirve pedir a la sociedad que se confine en casa el máximo tiempo posible mientras mantienes abiertas las terrazas de los bares y las grandes superficies comerciales en plena época de rebajas. Por no hablar de los casinos y salas de apuestas donde la gente puede seguir acudiendo a jugar solo que ahora no podrá consumir bebida ni comida. De poco sirve un toque de queda a las diez de la noche en pleno invierno si encima azota la borrasca Filomena. Es incoherente suspender toda la actividad deportiva, mantener aulas de estudio cerradas y decretar el confinamiento de 22 municipios de la región y permitir al mismo tiempo la realización de exámenes presenciales en las universidades, no porque las aulas no sean entornos seguros, que lo son porque no ha habido contagios, sino por el trasiego de gente que conlleva de un lado para otro y porque tras un examen te juntas en pasillos, cantinas, autobuses...

La realización de exámenes presenciales en la Universidad de Murcia supone el desplazamiento físico de un elevado número de personas (cerca de 30.000) de toda la región. "Si asumimos una media de 4 exámenes presenciales, esto supone más de 120.000 movilizaciones en un periodo corto de tiempo" advirtió en noviembre el Comité COVID de la UMU que, de manera sensata, recomendó hacer exámenes online durante el mes de enero.

Solo que los exámenes están siendo presenciales después de que Salud ratificara la presencialidad puesto que los técnicos de la consejería estiman que el cumplimiento de las medidas vigentes ofrecen garantías de seguridad. No solo en Murcia, en todas las comunidades autónomas de España están siendo presenciales. Y en todas las comunidades la oposición política pide lo contrario porque así es la política en España, a la contra. Que el gobierno de Ximo Puig en Valencia permite exámenes presenciales, pues va el PP y pide que sean online. En Murcia es al contrario: PSOE, Cs y VOX son los que han coincidido al exigir al gobierno regional que los alumnos realicen los exámenes desde casa. 

Un total de 47 concejales socialistas de diferentes ayuntamientos de la Región de Murcia han firmado un documento de solidaridad y apoyo al conjunto de los estudiantes universitarios. Exigen la publicación del informe del Comité Covid de la Consejería de Salud que avala la realización de manera presencial de los exámenes de enero. Que se garantice el refuerzo del transporte público para que los estudiantes que siguen yendo a clase puedan desplazarse con garantía de seguridad y que se establezca la modalidad online para la realización de los exámenes de enero dada la actual situación epidemiológica en nuestra región.

Los estudiantes y sus familias tienen razones para estar asustados y pedir exámenes online en enero. El Comité Covid de la UMU advirtió el 19 de noviembre "es probable que durante el periodo de exámenes haya un número relativamente alto de estudiantes positivos o que estén guardando cuarentena, lo que dará lugar en caso de evaluación presencial a una multiplicidad de incidencias y a un desequilibrio en la evaluación, además de poder incurrir en una mayor situación de riesgo si personas asintomáticas o con sintomatología leve se ven ante la tesitura de presentarse o no a un examen presencial" .

El informe provocó que el Consejo de Gobierno de la Universidad de Murcia aprobase el 4 de diciembre un reglamento de evaluación en modalidad no presencial para el curso 2020-2021 que en su artículo 1 dice expresamente que se aplicará "en caso de adoptarse por las autoridades sanitarias o gubernativas competentes una medida impeditiva del desarrollo de pruebas de examen presenciales".

No consta que los representantes de los estudiantes que forman parte del Consejo de Gobierno de la UMU pidiesen que los exámenes de enero fuesen online; ni en la reunión del 4 de diciembre ni en la reunión del mismo consejo del 21 de diciembre que los contagios empezaban a aumentar en la región de Murcia de forma preocupante. Tampoco consta que los representantes estudiantiles que ahora se quejan en redes sociales de la presencialidad, pidiesen exámenes online en ninguna de las reuniones de Junta de Facultad que han tenido lugar a lo largo del  mes de diciembre. El tema ni llegó a plantearse. El silencio de los corderos, pero corderos que esta semana hicieron trending topic nacional el hastag #NoOsimportamosUMU. Mal vamos si consideran que esa es la forma de participar en democracia.

Pero es que no es potestad del rector decretar unilateralmente que no haya exámenes presenciales por mucho que en redes sociales le llamen "hijo de puta" o "inútil". No puede alterar por si solo un acuerdo adoptado legítimamente por un órgano de gobierno de la institución universitaria. La Universidad de Murcia es una institución democrática con cauces de participación y de gobierno que dictan su funcionamiento. Los estudiantes están representados en el Consejo de Gobierno de la universidad  y es ahí donde deben expresar peticiones, quejas, temores si lo que realmente buscan son soluciones y no otra cosa. Tampoco  consta que los representantes de los estudiantes hayan solicitado una reunión extraordinaria y urgente del Consejo de Gobierno de la Universidad de Murcia para tratar el asunto que ahora tanto les indigna. Estaban en otra cosa, muchos de ellos posiblemente saltándose alegremente las medidas de seguridad.


 

Lo que  sí hizo el rector José Luján fue convocar el 5 de enero una reunión con todos los decanos de facultad y todos coincidieron por unanimidad en que la planificación de exámenes presenciales acordada en septiembre estaba bien hecha. Probablemente, pensando más en los problemas técnicos que conlleva examinar online: porque no se puede acreditar  de manera fehaciente la identidad de quien está realizando la prueba y porque la experiencia de junio y julio ha demostrado que es mucho más fácil copiar y que muchos estudiantes copiaron. El porcentaje de aprobados  aumentó entre un 15 y un 20 por ciento en muchas asignaturas.

No obstante, el mismo 7 de enero, un día antes de que comenzaran los exámenes presenciales en la Universidad de Murcia y las redes sociales se incendiaran con imágenes y vídeos realmente preocupantes, Luján acudió a una reunión con el consejero de Universidades, Miguel Motas y el director general de Salud, a la que también asistieron la rectora de la UPCT y de la UCAM. Y ahí los representantes de las tres universidades de la región reiteraron que la universidad ha demostrado ser un ámbito seguro, que estaban preparados para pasar a online si el Estado o la CARM así lo decidían, pero insistieron, especialmente Luján, en que "esta última medida solo sería coherente en el marco de un conjunto más amplío de medidas". Es decir, el rector vino a decir que no resultaría coherente suspender los exámenes presenciales por miedo a la transmisión del virus si no se actuaba al mismo tiempo en otros ámbitos donde se ha demostrado que sí se producen contagios y se registran importantes aglomeraciones de gente. Solo hay que ver cualquier gran superficie comercial estos días.

El gobierno regional no ha ordenado suspender ni aplazar los exámenes presenciales universitarios y podía haberlo hecho como responsable último de proteger la salud de los ciudadanos. No es el único. Ningún otro gobierno regional lo ha hecho. Tampoco el Ministro de Universidades, Manuel Castells  ha dicho esta boca es mía. Sigue desparecido. Ni está ni se le espera mientras desde PODEMOS en la región de Murcia van diciendo que a ellos "sí les importan los estudiantes". ¿Acaso a Compromis-Podemos en Valencia los universitarios les importan un pimiento porque los exámenes son presenciales?

¿Realmente la protección de la salud es la razón última de muchos de los estudiantes que han protestado al verse frente al papel de examen? De lo que no hay ninguna duda es de que los exámenes online favorecen a los malos estudiantes y perjudican a los que trabajan.  Tampoco hay ninguna duda de que saben organizarse mediante Whastapp para hacer fotos y grabar vídeos donde, a ser posible, se vea mucha gente junta. Esa era la consigna el primer día de exámenes.


 

La gestión de la pandemia está marcada por la incoherencia y la improvisación. Así nos va. Seguimos sin anticiparnos al virus. Con más de 1.400 contagios diarios en la Región de Murcia, no es sensato permitir el desplazamiento de miles de estudiantes universitarios para realizar exámenes online en plena ola pandémica. Más allá de reglamentos, el sentido común aconseja que los responsables de tomar decisiones hagan caso a los expertos que integran el Comité Técnico Asesor Covid-19 de la Universidad de Murcia que, visto lo visto, bien podría sustituir al Comité Covid de la Consejería de Salud siempre dispuesto a dar cobertura a decisiones meramente políticas. Son necesarias restricciones mucho más duras en toda la región, en toda España.

Aplacen los exámenes si es necesario. Eviten el movimiento de personas en los escasos autobuses dispuestos por la CARM. Que por una vez impere la coherencia. Escuchen a los expertos realmente independientes. Den un respiro a los exhaustos sanitarios desde sus confortables despachos. Así no podemos seguir. Morirán muchas personas. Seguimos sin tomar conciencia de ello. La pandemia nos ha anestesiado, nos ha embrutecido. No somos mejores, al contrario.