Hola Mundo.
Ya no se trata solamente de si se vacunó indebidamente la cúpula directiva de la Consejería de Salud por delante de sanitarios, ancianos y dependientes. O si lo hizo el obispo haciéndose pasar por capellán por la falta de control en residencias y hospitales privados. O si se vacunó un entrenador de baloncesto metido a concejal con permiso del alcalde Ballesta que lo ampara. Es más grave que todo eso.
El caso vacunas ha dejado al descubierto un modus operandi de gestionar lo público de un Partido Popular chanchullero y caciquil que nos lleva preguntarnos qué no harán con asuntos menos visibles. Aunque es fácil hacerse una idea. Fueron capaces de adjudicar un megacontrato de 300 millones de euros de transporte sanitario a una empresa sin ambulancias. Y en plena pandemia adjudicaron a dedo la contratación de rastreadores a una empresa constructora de Alicante vinculada al PP. Y a nadie le importa, nadie exige responsabilidades políticas.
Se trata de un modus operandi que han interiorizado tanto que ya no distinguen lo que está bien de lo que está mal. Siguen sin reconocer que con el caso vacunas han cruzado todas las líneas rojas de la decencia. Que cuanto más se escarba más escandaloso resulta. Siguen pensado que hicieron lo correcto. Que fue un mero error de interpretación del protocolo que, sin embargo, decidieron ejecutar con total discreción.
Y lo han hecho con la bendición cómplice del esquizofrénico partido Ciudadanos. Aquel que en 2019 engañó a los murcianos prometiendo desde la plaza Belluga que el PP no gobernaría 28 años y, miren por donde, le acaban de abrir la puerta para que llegue a los 32 años con una propuesta de reforma de a Ley del Estatuto del Presidente del todo extemporánea en tiempos de pandemia y sufrimiento. Una propuesta de reforma legislativa que habla de limitar mandatos para ampliarlos. Sin rastro de la auditoría general de la CARM que también pactaron Cs y PP.
Ciudadanos es un partido cadáver liderado por Ana Martínez Vidal a la que le pierde el ansia viva por ser vicepresidente del gobierno regional. Es tal su impaciencia que roza el ridículo anunciando remodelaciones del gobierno que no le competen, pidiendo ceses en diferido o dándose un año para investigar qué ha pasado con las vacunas como si los murcianos fuesen estúpidos, que en gran medida lo somos. Nuestra estupidez es concienzuda y persistente como certifican los sondeos electorales.
Solo la estupidez entendida como falta de entendimiento puede explicar que los murcianos siempre se muestren más optimistas que el resto de españoles con respecto a la situación económica y política en una región que cosecha precariedad laboral, pobreza y desigualdad a destajo. Por no hablar de los casos de esclavitud laboral que destapa la Guardia Civil y que debieran avergonzarnos a todos. Solo la falta de entendimiento y una buena dosis de incultura, mediocridad, sumisión, desinterés, conformismo y falta de amor propio nos lleva a creer que Murcia es la "mejor tierra del mundo" como dice López Miras.
"En la mejor tierra del mundo" la conciliación laboral y familiar es una quimera. Los
niños de familias pobres o con recursos limitados, y son muchas en la región, no
tienen acceso a la Educación Infantil. No porque no quieran lo mejor
para sus hijos, no porque no la necesiten para poder ir a trabajar, es que no la pueden pagar. Y a nadie le importa, nadie exige responsabilidades políticas.
Las plazas públicas de escuelas infantiles en la región son testimoniales. La Comunidad Autónoma no ha abierto una sola escuela infantil pública en 25 años. Tampoco lo ha hecho el Ayuntamiento de Murcia que ofrece las mismas 578 plazas desde hace un cuarto de siglo. Con una tasa de escolarización del 19 por ciento, la Región de Murcia es una de las comunidades autónomas con menor implantación de la Educación Infantil de 0 a 3 años.
¿Y cómo ha intentado paliarlo el gobierno regional ahora en pandemia? Pues convocando
ayudas condenadas al fracaso ya sea por requisitos leoninos o
porque responden a ideas peregrinas. Solo un gobernante absolutamente desconectado de la realidad puede creer que en la región de Murcia miles de familias iban a solicitar una ayuda de 500 euros para contratar a una empleada del
hogar a jornada completa durante todo un mes para cuidar de los hijos. "Cheque Concilia Reactiva" lo llamaron y solo 36 familias lo solicitaron.
"En la mejor tierra del mundo" miles
de escolares han sido expulsados del aula porque el gobierno regional no
ha querido contratar el profesorado necesario para desdoblar grupos y
bajar ratios. Y ha recibido importantes sumas de dinero del Ministerio
de Educación para garantizar la atención educativa completa. Solo que nadie sabe muy bien a dónde ha ido para el dinero. ¿Recuerdan los 6 millones de euros con los que la Consejería de Política Social de Isabel Franco iba a abrir aulas de conciliación en los municipios? Pues según la Consejería de Hacienda "el dinero se ha empleado en la lucha contra la pandemia en el ámbito sanitario y educativo". Fin de la cita. Ni datos concretos, ni aulas de conciliación. Y a nadie le importa, nadie exige responsabilidades políticas.
Somos la única comunidad de España que mantiene la semipresencialidad en todas las etapas educativas y no hay razón para ello. La Consejería de Educación ha incumplido los acuerdos de la Conferencia Sectorial de junio de 2021 donde se comprometió por escrito a que la presencialidad educativa se adoptaría como principio general durante el curo 2020-2021. En pocas palabras, el gobierno de López Miras se ha pasado por el forro unos acuerdos de obligado cumplimiento que firmó su consejera de Educación, Esperanza Moreno.
Con el mismo ímpetu que el Ejecutivo Regional ha escuchado las reivindicaciones de las patronales educativas privadas contra la LOMLOE, ha ignorado el clamor de los padres y maestros alertando de las nefastas consecuencias que tendrá el privar a los niños de la atención educativa a la que tienen derecho legal y constitucional.
El Partido Popular solo tiene ojos para la concertada que ofrece aulas de conciliación para que los hijos de sus clientes no falten ni un solo día a clase. "No sabemos cuántos concertados ofrecen esas aulas de conciliación en infantil y primaria porque se trata de un servicio privado" informan desde la consejería de educación mientras la diputada del PP, Inmaculada Lardín afirma, ya sin disimulo, que a más concertada mejores resultados académicos porque, según dice, "no quiere niños en serie".
"La semipresencialidad está llevando a muchas familias desesperadas a recurrir a abuelos, otras no tienen más remedio que dejar solos a sus hijos en casa y las que se lo pueden permitir, están gastando entre 60 y 100 euros al mes en contratar a cuidadores externos o en llevar a sus hijos a academias privadas el día que no tienen clase para que no pierdan el ritmo de estudio donde se mezclan con otros niños de diferentes centros y barrios" advierte Clara García de la FAPA. "Se está generando una gran bola de desiguadlad que traerá fracaso y abandono escolar" advierten familias y expertos.
El gobierno regional sigue sin entender que una
economía que no invierta en la educación y formación de los recursos
humanos como base fundamental del proceso de desarrollo está condenada
al fracaso y la miseria.
No se puede construir el futuro pisoteando el presente de las generaciones más jóvenes que es lo que estamos haciendo con una generación de escolares murcianos que ya estaban en clara desventaja con respecto a los escolares de otras regiones de España. Si partimos de la premisa cierta de que nuestros hijos son lo más importante, el daño
irreparable que la semipresencialidad educativa les está causando
debiera tener un alto coste electoral en votos. En la región de
Murcia, sin embargo, no pasará nada. Nunca pasa. Al contrario. Según los sondeos, los
murcianos, de derechas e izquierdas, avalan la gestión de la pandemia
que está realizando el gobierno regional de López Miras como si la
educación no formase parte de esa gestión. Los padres y madres no reaccionan, acatan.
"En la mejor tierra del mundo" estamos a la cola de la cola en productividad, estamos a la cola en competitividad entendida como "la capacidad de una región de ofrecer un entorno atractivo y sostenible para que las empresas y los ciudadanos se establezcan y trabajen en ella" y estamos a la cola en I+D+I. Somos campeones en temporalidad y en economía sumergida, tenemos salarios de vergüenza y estamos a la cola en bienestar social desde hace décadas. Lo refleja la Encuesta de Condiciones de Vida del año 2018, cuyos indicadores revelan niveles superiores de pobreza en la Región de Murcia y una situación de precariedad social más acentuada que en España. En la región de Murcia envejecemos peor y nos morimos más. El largamente prometido cambio de modelo productivo nunca llega. Y a nadie le importa, nadie exige responsabilidades políticas.
"En la mejor tierra del mundo"
los miles de murcianos que en 2019 tenían muy poco, ahora no tienen
nada. Y los miles que ese año estaban en el alambre, gente que aún
trabajando era pobre, se han visto obligados a pedir ayuda a Cáritas
para comer, para sobrevivir. Muchos lo hacen a través de terceros porque
la vergüenza de pedir les encoge el alma. Y no hay planes de rescate para ellos. Los pobres, son pobres y muchos ni acuden a votar. Y a nadie le importa, nadie exige responsabilidades políticas.
A finales de 2019, 273.000 personas vivían estancadas en el pantano de la exclusión social según el informe Foessa. Una cifra que, sin duda, la pandemia de coronavirus ha incrementado notablemente, pero el gobierno regional hablando sobre Cataluña, Bildu o Venezuela para que sus conciudadanos no se fijen en la miseria que tienen en la puerta. Y los murcianos mirando obedientes la luna sin fijarse en el dedo que la señala.
"En la mejor tierra del mundo" cerca de 1300 dependientes murieron a lo largo del año 2020 esperando recibir la prestación a la que
tenían derecho. Eso denuncia el presidente de la Asociación de
Directores y Gerentes de Servicios Sociales, José Manuel Ramírez, que
cree que hay gobiernos, como el de Murcia, que se han declarado
insumisos y se niegan a cumplir la Ley de Dependencia y a reducir las
trabas burocráticas en las que hay atrapados miles de dependientes
murcianos. Más de 2.000 hogares murcianos tienen alguna persona dependiente que necesita ayuda o
cuidados de otra persona (para realizar las actividades de la vida
diaria) y no la reciben. Y a nadie le importa, nadie exige responsabilidades políticas.
"En la mejor tierra del mundo" estamos a la cola en plazas de residencias de mayores y faltan centros de salud y consultorios médicos. Según un informe del CES, la región de Murcia se encuentra por debajo de la media nacional. Teniendo en cuenta la ratio por mayores de 65 años, la Región ocupa el séptimo lugar en centros de Salud y el noveno en consultorios. Para poder atender correctamente a la población de la Región de Murcia en el año 2030, y concretamente a la población mayor, el número de Centros de Salud en la Región debiera pasar de los 85 actuales a 130, y el número de consultorios locales debiera pasar de los 180 actuales a 600. Y a nadie le importa, nadie exige responsabilidades políticas.
"En la mejor tierra del mundo", tan
mermada de recursos públicos en educación, sanidad y servicios
sociales, su gobierno pide que buena parte de los fondos europeos para la
reconstrucción tras la pandemia se destinen a la construcción de más
infraestructuras hídricas; y así consolidar un modelo agrario intensivo
que no reparte la riqueza que genera y que ha dañado gravemente el medio ambiente alrededor del Mar Menor. Y
lo piden aún sabiendo que la Directiva Marco del Agua obliga a cumplir
los objetivos ambientales, no las demandas del regadío cuyo nivel de presión no cesa.
"En la mejor tierra del mundo" no hay dinero público para autobuses, pero sí para rescatar aeropuertos ruinosos sin aviones que no iban a costar ni un euro a los murcianos. Eso prometió Ramón Luis Valcárcel. 2,6 millones se ha embolsado AENA para no largarse volando de un aeropuerto absolutamente innecesario por mucho pío pío en twitter del consejero Díez de Revenga. Y ni una sola palabra del gobierno regional para exigir el desdoblamiento y electrificación de la línea ferroviaria a Madrid por Cieza y Albacete que acabará cerrada y desmantelada perjudicando gravemente a las miles de familias que no puede permitirse viajar en tren a precios del AVE. Y a nadie le importa, nadie exige responsabilidades políticas.
"En la mejor tierra del mundo" se pisotea el medio ambiente y se desprecia el patrimonio arqueológico como terruños de otro tiempo. Ignorando las directivas comunitarias, exponiéndonos a duras sanciones europeas que no pagarán ellos, los dirigentes políticos, pagaremos todos. Y a nadie le importa, nadie exige responsabilidades políticas.
"En la mejor tierra del mundo" los
chiringuitos no son ecologistas ni feministas por mucho que lo repitan
los ultras de VOX. Los chiringuitos están en manos de lobies agrarios y empresariales. No hay
BORM que no recoja subvenciones directas de dinero público para
patronales agrarias o empresariales con cualquier excusa. En su afán por
reconquistar el voto que emigra a VOX, el PP de la región de
Murcia está empleando cantidades ingentes de dinero público, dinero de
todos. Y a nadie le importa, nadie exige responsabilidades políticas.
"En la mejor tierra del mundo" la extrema derecha campa a sus anchas. Y lo hace sembrando odio e intolerancia, imponiendo pines parentales, señalando a periodistas, escupiendo amenazas, resucitando sentimientos crueles, amparando a resentidos, confundiendo a jóvenes, rompiendo consensos sobre cuestiones básicas como la violencia machista. La extrema derecha condiciona decisiones políticas en una región en la que la falta de cultura y de educación es terreno abonado a la desinformación y la manipulación en la que basan su estrategia. Muchos ciudadanos son incapaces de distinguir ya lo verdadero de lo falso. Funciona la simplificación visceral del mensaje. De eso se valen y por eso suben en las encuestas. Y a nadie le importa, nadie exige responsabilidades políticas.
"En la mejor tierra del mundo" la oposición siguen sin ilusionar, sin comunicar. Ni PSOE ni Podemos logran dar con la tecla del cambio en la región de Murcia. Al PSOE le falta liderazgo y estrategia y a PODEMOS le sobran casoplones y líderes nacionales con ansias totalitarias y antidemocráticas. Los bloques ideológicos siguen inamovibles. Y los expertos en sociología no creen que vaya a cambiar. "Si el desastre ambiental del Mar Menor no hizo mella, nada lo hará" vaticinan. A los cuatro días de la multitudinaria manifestación en Cartagena en defensa del Mar Menor, ganó VOX las elecciones generales en la región y su principal medida para recuperar la laguna es abrir las golas en contra del criterio científico.