domingo, 17 de abril de 2022

LA TRISTE REALIDAD

Hola Mundo.

Me temo que lo anunciado por el Gobierno Regional en materia de salud mental, como en tantos otros asuntos, no es más que propaganda, postureo made in San Esteban. El plan es que no hay plan y por ello crean una comisión; otra comisión con la que mantenernos entretenidos.

La triste realidad es que no existe voluntad política, que la salud mental no es un prioridad para el Gobierno de la Región de Murcia. A eso apuntan los hechos. Baste decir que fueron 14 psicólogas voluntarias las que de manera altruista atendieron a los alumnos del instituto de Totana en el que estudiaba Claudia, la joven de 17 años asesinada a puñaladas por un compañero porque no quiso seguir con la relación sentimental. La Consejería de Educación no estimó oportuno enviar a ningún psicólogo para abordar el trauma causado por el asesinato de su compañera. "Después de la desgracia la consejería nos dejó solos" declaró el director del IES Juan de la Cierva de Totana.  

Psicólogas voluntarias en IES de Totana
 

Da igual con cuánta pompa diga el presidente López Miras que la pandemia de Covid "ha acrecentado los problemas de salud mental y que el Gobierno regional va a mirar de frente a lo que es uno de los mayores retos en atención sanitaria y social del siglo XXI".

La triste realidad es que el Presidente no ha informado de la contratación de más psicólogos, ni de más psiquiatras, ni de más trabajadores sociales, ni de más enfermeras, ni de más terapeutas ocupacionales como ha hecho la Comunidad Valenciana sacando 100 plazas de psicólogo clínico y 47 de psiquiatra lo que, probablemente, provocará nuevamente la fuga de expertos desde la Región. Nada concreto por parte de López Miras que, sin embargo, ya tiene su foto y un buen número de grandilocuentes titulares de prensa con los que dar a entender que le preocupa y ocupa la salud mental de nuestros jóvenes.  

La Región cuenta solamente con 96 psicólogos clínicos en plantilla, 6 psicólogos por cada 100.000 habitantes cuando lo aconsejable, según los expertos, sería un  mínimo de 18 psiquiatras, 18 psicólogas y psicólogos clínicos, y 23 enfermeros y enfermeras especialistas de salud mental por cada 100.000 habitantes, además de unos tiempos máximos de acceso a los servicios de salud mental.

La triste realidad es que la Consejería de Educación fue invitada a participar en el programa PROCARE financiado por Ministerio de Ciencia y Tecnología y la Agencia Estatal de Innovación para apoyar emocionalmente a los adolescentes tras la pandemia y ni contestaron. Puro desinterés por un programa dirigido a conocer y corregir problemas emocionales en jóvenes de entre 12 y 18 años y al que sí se apuntaron otras CCAA. Y eso que era gratis.


La triste realidad es que los quince centros de salud mental de la Región están colapsados de tanto paciente por atender. Según la Consejería de Salud, la lista de espera para primera consulta en esos centros fue de 38 días en 2021, aunque las familias afirman que son dos y tres meses y que hay casos de trastorno mental grave en los que el psiquiatra, con suerte, te ve cada seis meses. Baste decir que una paciente de solo 17 años que intentó suicidarse gravemente, le dieron cita con el psicólogo del hospital Morales Meseguer a los cuatro meses.  Sus padres tuvieron que acudir a un psicólogo privado conscientes de que estaba y está en juego la vida de su hija y de que cuatro meses eran una angustiosa eternidad.

Dos de cada diez murcianos atendidos en la red de salud mental son menores de 16 años. Los expertos alertan de que el sistema asistencial está sobrepasado. En la Unidad de Psiquiatría Infantojuvenil de la Arrixaca ya hay "lista de espera" para atender a los adolescentes que llegan con autolesiones.

La triste realidad es que la guía de 80 páginas de prevención del suicidio para maestros y profesores es una herramienta interesante dado que el saber no ocupa lugar, pero no deja de ser un guía que el resto de CCAA tiene desde hace años y, además, implementada en sus respectivos planes de prevención del suicidio. Murcia, lamentablemente, sigue siendo la única región de España  sin un plan de prevención del suicidio pese al mandato de la Asamblea Regional de diciembre de 2020 y pese a que los suicidios en menores de 29 años se han quintuplicado en la Región. Los profesores se quejan de que pueden detectar un problema de salud mental, pero no solucionarlo y por eso piden especialistas en los centros educativos.

La triste realidad es que Murcia es la Región de España con mayor ratio de alumnos por orientador educativo. Lo recomendable son 250 alumnos por orientador y en la Región hay un orientador por cada 800 ó 1000 alumnos. "Estamos desbordados y aún no sabemos si nos tocará a nosotros asumir también las funciones del coordinador de bienestar  en los centros educativos anunciado por López Miras porque entonces qué dejamos de hacer. Ya estamos dejando de hacer cosas por las crisis que debemos atender" lamenta la presidenta de la Asociación de Profesionales de Orientación Educativa -APOEMUR- María Dolores Sánchez.

La triste realidad es que el Programa de Acción para el Impulso y Mejora de la Salud Mental en la Región 2019-2022 que hay colgado en el portal del SMS no deja de ser un declaración de intenciones sin objetivos concretos ni medibles. No es más que palabrería hueca con la que dotar de argumentario alguna intervención parlamentaria.

La triste realidad es que no hace ni cuatro meses que el grupo parlamentario popular, con la ayuda de los diputados tránsfugas y de los diputados expulsados de VOX, rechazó la contratación de quince psicólogos para reforzar las raquíticas plantillas de los centros de salud mental con al menos un profesional más cada uno. El coste no superaba el millón de euros.

La triste realidad es que Murcia es la primera región de España en gasto farmacéutico por consumo de psicofármacos. Según un informe de la Dirección General de Asistencia Sanitaria y del Servicio de Gestión Farmacéutica del SMS, el uso de ansiolíticos en Murcia es superior a la media nacional destacando un 30% más de consumo de lorazepam. El consumo de ansiolíticos se ha incrementado en la Región de Murcia un 11,3% desde el inicio de la pandemia. Destacan el diazepam 23% y lorazepam un 11%.

Pero es que el consumo de antipsicóticos en 2020, concretamente, el consumo de paliperidona fue un 116% superior a la media nacional.  En 2020, el consumo de antipsicóticos con receta fue un 44% superior la la media nacional en la Región de Murcia.

La triste realidad es que la Consejería de Salud tendrá que hacer frente a una factura de 40 millones de euros por consumo de psicofármacos en 2021 (antidepresivos, ansiolíticos y antipsicóticos), pero no dispone o, más bien, no quiere disponer un millón de euros para reforzar las plantillas de los centros de salud mental en una apuesta, otra más, del Gobierno regional por devaluar lo público en beneficio de la red privada, haciendo de la salud mental un lujo al alcance solamente de aquellos que pueden pagarla. La consulta privada de un psiquiatra oscila entre los 100 y 150 euros en la Región y la terapia semanal privada de un psicólogo oscila entre los 50 y los 100 euros por sesión y suelen ser sesiones semanales.

La  triste realidad es que el sistema sanitario público no dispone de recursos suficientes y el Gobierno Regional, en vez de invertir, deriva buena parte de su responsabilidad hacia las incansables asociaciones de familiares de pacientes, pero luego vota en contra de destinar 120.000 euros a ADANER y otros 120.000 euros a AFECTAMUR, ambas asociaciones de familiares para el tratamiento de los trastornos de la conducta alimentaria que están desbordadas porque los casos se han disparado; vota en contra de destinar 300.000 euros a la Federación de Salud Mental de la Región en apoyo a las 15 asociaciones de familiares que la componen; vota en contra de destinar 300.000 euros para implantar un programa de educación emocional en los centros educativos; vota en contra de destinar 700.000 euros para la creación de 100 plazas de alojamiento en pisos tutelados para personas con enfermedad mental; vota en contra de destinar 80.000 euros para un Plan de Prevención del Suicidio. Fin de la cita.

La triste realidad es que rechazaron todas y cada una de esas enmiendas a los presupuestos de la CARM-2022 en materia de salud mental (la mayoría propuestas por Podemos y el PSRM-PSOE) porque, aún pareciéndoles buenas iniciativas, concluyeron que eso debía pagarlo Sánchez, siempre Sánchez, como si la sanidad no fuese una competencia transferida  a la Comunidad Autónoma desde hace años. Sin embargo, no dudaron en conceder una subvención directa de 150.000 euros a un asociación de empresarios de golf de la Región y acaban de conceder 200.000 euros de subvención a las poderosas PROEXPORT, FECOAM y ASOPEX para que asistir a ferias internacionales y congresos donde vender sus productos no les cueste dinero. "Interés general" alegaron según el BORM. Cuestión de prioridades.

La triste realidad es que los murcianos, a tenor de las sondeos electorales, quieren colegios con goteras, centros de salud sin médicos suficientes y la salud mental de los jóvenes, en realidad, les importa un bledo. La resignación con la que la mayoría acepta el evidente deterioro de los servicios públicos es digno de estudio. Como si fuese un designio de Dios mientras aplauden rebajas de impuestos autonómicos de 2,5 euros al mes envueltas en papel de marca "Libertad" y a la hora del café departen como expertos tertulianos sobre Bildu, Puigdemont o Venezuela. Si la televisión autonómica 7TV informó de que ha llovido tanto esta primavera gracias a las rogativas a la Virgen de la Fuensanta, cómo no van a creer los espectadores que son más libres con 2,5 euros más al mes en el bolsillo aunque el médico especialista tarde meses en poder atenderles y haya colegios con goteras durante años.

¿Alguno de los tantos indignados de barra de bar se ha parado a preguntar cómo afectan las publicitarias rebajas de impuestos de López Miras a los servicios públicos?¿Saben los murcianos que viven en una autonomía a cuyo gobierno deben exigir gestión y diligencia? ¿Son conscientes de que los que menos necesitan de lo público son los más beneficiados de las rebajas de impuestos que ordena San Esteban? La cuestión es que mientras López Miras atiende los insaciables mandatos de CROEM en materia impositiva mermando los ingresos regionales, exige dinero y más dinero al Gobierno de España para sufragar servicios públicos esenciales como si el dinero público estatal creciese en los árboles o lloviese del cielo.

Los expertos hablan de incultura política, caciquismo, redes clientelares, pero sobre todo del síndrome del poderoso que lleva a los que menos tienen y llegan con más dificultades  a fin de mes, a votar lo mismo que el patrón a quién ansían parecerse asomados a la cornisa de la exclusión social porque el trabajo no les garantiza salir de la pobreza. Esa es la triste realidad.

Murcia es una región atrasada con una escandalosa tasa de pobreza y exclusión social según los informes de Cáritas, Unicef, Save The Children y, fíjense, existe una relación causal bidireccional entre la pobreza y los problemas de salud mental, dos males que se han acentuado con la crisis sanitaria con especial incidencia en los jóvenes. La pobreza y la mala salud son fenómenos interrelacionados. La pobreza es tanto una causa como una consecuencia de la mala salud. Razón de más para que la SALUD MENTAL sea un asunto prioritario en la agenda política de la Región de Murcia y no lo es. Esa es la triste realidad. Como dijo Carl Gustav Jung (padre de la psicología analítica)  "tú eres aquello que haces, no aquello que dices que vas a hacer".