domingo, 6 de diciembre de 2020

LA MINA DE ORO QUE ESTORBABA

 Hola Mundo.


Cuando es observado lo que se aprecia es abandono, chinarro, basura, malas hierbas, geotextil roto y hasta un pozo ilegal bajo un gran promontorio no excavado con cuya agua el gobierno regional refrigera el palacio de San Esteban desde hace 36 años; y que ahora intentan legalizar porque el sistema ha empezado a fallar y los técnicos no encuentran otra forma de refrigerar este edificio, catalogado como monumento desde 1931. Se trata del yacimiento  arqueológico de San Esteban.

Tiene su aquel que los promotores del "Agua para Todos " y de campañas como la de "Gota a gota" para ahorrar agua, extraigan cada año el equivalente a 14 piscinas olímpicas para mantener frescas las estancias del palacio, sede del gobierno regional.

La mascota de la campaña es una gota de agua que lanza el mensaje ‘No le dé más vueltas, tenemos que ahorrar agua’
Mascota de la campaña ‘No le dé más vueltas, tenemos que ahorrar agua’  
 

Pero resulta que el pozo de San Esteban, que ocupa una superficie de 254 m2,  comprometió la documentación e interpretación de, al menos 4 viviendas andalusíes del yacimiento que el gobierno regional declaró Bien de Interés Cultural en 2011. Eso al menos dice textualmente el Plan Director aprobado por el Ayuntamiento de Murcia en 2018.

Y por ese motivo, HUERMUR ha solicitado tanto al Ayuntamiento de Murcia como a la Consejería de Cultura el desmontaje y retirada inmediata del pozo, para que se proceda sin más dilación a la excavación  y estudio arqueológico, consolidación y protección de la superficie actualmente ocupada por el sondeo de agua. Las autoridades responsables deberán decidir qué consideran más importante, aunque con sus antecedentes político-culturales lo más probable es que el pozo será legalizado por CHS y nuestros gobernantes seguirán disfrutando de aire acondicionado en verano. No se excavarán esos 252 m2.

El jardín de San Esteban estaba llamado a ser un gran aparcamiento subterráneo desde los tiempos del alcalde, José Méndez, que en 1987 presentó su plan para hacer 17 aparcamientos subterráneos en la ciudad. Un plan contra el que reiteradamente votó en contra Miguel Ángel Cámara durante su etapa en la oposición hasta que ganó las elecciones, se convirtió en alcalde y cambió su punto de vista.


Y Miguel Ángel Cámara se puso a construir aparcamientos para llenar el centro de más coches. En enero de 2005 sacó a concurso los aparcamientos de San Esteban, Libertad, Floridablanca y Zig Zag con la intención de que las obras comenzasen en octubre de ese año. Cámara y Sánchez Carrillo no dudaron en adjudicar las obras del aparcamiento de San Esteban a la empresa La Generala pese a que el concurso de ese parking había indignado al Colegio de Arquitectos que vio el proceso "oscuro y poco fiable" y porque chocaba con el Plan General que obligaba a peatonalizar lo máximo posible la zona histórica de Murcia. Un informe del colegio indicó que "introducir miles de vehículos debajo de un jardín no era la mejor forma de cumplir con el plan del Casco Histórico".

Las quejas del Colegio de Arquitectos cayeron en saco roto. No frenaron las ansias constructoras del equipo de gobierno municipal hasta que empezaron a aflorar restos arqueológicos que dieron al traste con los planes políticos y empresariales del Partido Popular y la empresa La Generala, la de las ambulancias. Pero antes hubo una dura lucha entre políticos y ciudadanos que el entonces consejero de Cultura, Pedro Alberto Cruz, calificó de "debate esquizofrénico".  El pasado regresaba para abofetear los excesos políticos del presente.

 LA LUCHA

El entonces Director General de Bellas Artes de la Comunidad Autónoma, Enrique Ujaldón, presentó un informe proponiendo sacar los restos del terreno para "preservarlos de la humedad, poder seguir excavando y que se pueda construir el párking subterráneo". "Tras la construcción del aparcamiento, se colocarán encima, creando un parque arqueológico en pleno centro de la ciudad" dijeron desoyendo a los expertos que calificaron la propuesta de "auténtico disparate" y que habría situado a Murcia y España en una situación de ridículo mundial porque "desmontar suponía destruir". Aunque para hacer el ridículo mundial bastaba con escuchar las declaraciones de los máximos responsables políticos de cultura. El Director Geenral de Bellas Artes (filósofo de la mente se define) también llegó a decir "quizá se desmonte el siglo XIII para ver lo del siglo XII". Fin de la cita.


Ese era el plan urdido entre el Ayuntamiento de Murcia y  la Comunidad Autónoma hasta que el Juzgado de Instrucción número 1, previa denuncia de Fiscalía y de la Plataforma en Defensa del Patrimonio Arqueológico de San Esteban, ordenó paralizar la obra y envío al Seprona de la Guardia Civil a comprobar si como se había denunciando, se estaba cometiendo un delito de expolio. Hallaron cajas  de plástico llenas de piedras listas para su traslado. Los agentes de la Guardia Civil les pillaron desmontando un muro.



El secretario judicial con la orden de parar las obras fue recibido entre vítores y aplausos por parte de los defensores del yacimiento que aquellas interminables meses tuvieron que pedir favores a vecinos de edificios colindantes para poder vigilar  desde sus ventanas lo que la empresa promotora y las autoridades intentaban ocultar. Habían montado una webcam pero se la hackearon. No tuvieron más remedio que vigilar desde los balcones. No les dejaban ver. Se organizaron por turnos para montar guardia junto al yacimiento.

 
Las autoridades locales y regionales habrían cometido la tropelía de borrar de un plumazo este legado de la Murcia Medieval, de no haber sido por la astucia y la valentía de los dos arqueólogos que la empresa promotora contrató, a través de Arqueotec, para dirigir la excavación, Alfonso Robles y J.A. Sánchez, que al ver lo que afloraba decidieron realizar informes rigurosos e ir excavando en extensión mientras documentaban con un objetivo: que los murcianos se percataran de la importancia del hallazgo al ver la magnitud del arrabal andalusí de la Arrixaca (SS XI-XIII) compuesto de palacios, casas, fonda, calles con alcantarillado, oratorio/mezquita y hasta un cementerio. 

Los dos arqueólogos fueron despedidos por la empresa La Generala por negarse a firmar el traslado de los restos, pero consiguieron su objetivo y es que llamara la atención de los ciudadanos que rápidamente se organizaron para defender su patrimonio frente a los intereses de los políticos. Y lo lograron.


 

El profesor de historia de la Universidad de Murcia, Javier García del Toro, se implicó de lleno en la oposición a la construcción del aparcamiento. Y molestó tanto que le prohibieron la entrada al yacimiento. A los pocos meses fue obligado a jubilarse anticipadamente cuando la docencia era su vida. La UMU amenazó con inhabilitarle para dar clase a raíz de las quejas de unos  alumnos. Siempre ha pensado que fue represaliado.  El 9 de diciembre de 2016, García del Toro regresó al yacimiento para impartir una clase popular de historia donde repartió gominolas con forma de ladrillo para conmemorar que "un juzgado puso fin al saqueo". 


Aquellos días, los defensores del yacimiento contaron con refuerzos importantes. El arqueólogo y ex director del Museo del Prado, José María Luzón quiso venir a Murcia para comprobar con sus propios ojos lo que había aparecido y destacó con sus palabras lo que las autoridades locales y regionales se negaban a ver cegados por el afán de construir un aparcamiento como fuese. "Aquí han querido hacer un aparcamiento y lo que han encontrado es una mina de oro" dijo José María Luzón.


 

Tras ordenar el juzgado paralizar las obras del aparcamiento, al entonces presidente autonómico Ramón Luis Valcárcel no le quedó más remedio que ordenar a Cultura que incoara el expediente  para declarar BIC el yacimiento arqueológico de San Esteban. El BORM del 21 febrero de 2011 publicó la declaración BIC dotándolo de la máxima protección legal que en materia patrimonial puede otorgarse a un bien de este tipo. Y aún así, en 2012, el concejal de Patrimonio, Cosme Ruiz, quiso tapar el yacimiento porque decía "ya nos ha costado más que los jardines de Babilonia".  

Lo único que les importaba era hacer el aparcamiento y, una vez paralizada la obra,  recuperar la plaza pública donde instalar barracas, carpas de Moros y Cristinos y atracciones feriales. De lo contrario no habrían planteado como hicieron desde Urbamusa plantar un bosque de columnas dentro del yacimiento sobre las que sostener una gran plancha de hormigón. Otro disparate.

 

UN BIC SIN PLAN ESPECIAL

En febrero de 2011, el gobierno regional declaró Bien de Interés Cultural con categoría de Zona Arqueológica los restos correspondientes al yacimiento de San Esteban. A los dos años, en 2013, el Ayuntamiento de Murcia estaba obligado a aprobar el Plan Especial  en cumplimiento de la Ley de Patrimonio de la Región de Murcia, para regular los usos y las actuaciones que se pueden llevar a cabo en este importante emplazamiento.

Han pasado nueve años años y el yacimiento de San Esteban solo dispone de un Plan Director aprobado en febrero en 2018 y de la aprobación inicial del Plan Especial (aprobado también en 2018) después de que Fiscalía abriese diligencias por el estado de abandono y degradación en el que se encontraban los restos.  Fin de la cita.

El Defensor del Pueblo ha preguntado en dos ocasiones a la Ayuntamiento de Murcia (el 6 de agosto y el 18 de noviembre de 2020) por los motivos por los que aún no ha aprobado el Plan Especial de San Esteban de manera definitiva. Y el consistorio murciano no ha atendido los requerimientos del Defensor del Pueblo que, ojo, podría trasladar el caso a Fiscalía si desde La Glorieta insisten en su negativa a contestar. Tampoco han explicado cómo es posible que nueve años más tarde, aún no hayan adaptado el planeamiento urbanístico a la nueva realidad y es que tras ser declarado BIC en 2011, el antiguo jardín de San Esteban ya no es un parque metropolitano sino un yacimiento arqueológico y así debe constar en el mapa del PGOU.

El Ayuntamiento, a preguntas de esta periodista, alega que no ha aprobado de manera definitiva el Plan Especial cumpliendo instrucciones del Ministerio de Fomento. “Tras el acuerdo con el Ministerio de Fomento para que fuese este quien licitase el proyecto de ejecución, se siguieron las recomendaciones del ministerio de no aprobar definitivamente el plan especial hasta tanto el proyecto quedara plenamente definido, evitando que de este modo la posibilidad de tener que modificar el plan en algún aspecto, dando una mayor libertad creativa al equipo ganador del concurso" dicen. Idea que ya sostuvo el concejal de urbanismo, Antonio Navarro Corchón a principios de octubre de 2019.


Sin embargo, el Secretario General de Arquitectura y Vivienda del Ministerio de Fomento, Luis Vega Catalán, negó la mayor en octubre de 2019 en respuesta a una pregunta de Huermur al respecto: "No existe ningún documento en el que se sugiera o se solicite desde esta unidad, la conveniencia de no aprobar el Plan Especial del Yacimiento arqueológico de San Esteban hasta la resolución del Concurso de Proyectos con intervención de jurados para la puesta en valor del yacimiento del arrabal andalusí de la Arrixaca y del Jardín de San Esteban, convocado por el Ministerio de Fomento y actualmente en proceso de adjudicación".

 
Huermur, en su solicitud de información, advirtió  entonces al Ministerio de Fomento de que el yacimiento arqueológico no contaba con la preceptiva aprobación definitiva del planeamiento urbanístico que debe regular los usos y las actuaciones que se pueden permitir en una zona BIC, en este caso el Plan Especial, al que obliga la Ley de Patrimonio Cultural y cuya tramitación regula la Ley del Suelo.

"Que este ministerio deberá ajustar sus actuaciones, iniciativas y proyectos a lo que se estipule en la futura aprobación definitiva del Plan Especial articulado como instrumento de planeamiento para la protección del yacimiento de San Esteban, y no al revés" 

Pero todo indica que el Ministerio de Fomento, por desconocimiento o por ineptitud, lo está haciendo al revés y no puede alegar desconocimiento. En octubre de 2018, el Ministerio de Fomento, mediante el secretario de Estado de Infraestructuras, Pedro Saura, firmó un protocolo de colaboración con el Ayuntamiento y la Comunidad Autónoma para revitalizar la zona arqueológica de San Esteban por el que Fomento se comprometió a tramitar un concurso de proyectos  internacional con intervención de Jurado para seleccionar la mejor propuesta para poner en valor el yacimiento integrándolo en el espacio urbano. Fomento se comprometió a aportar el 40% del coste de rehabilitación del yacimiento del arrabal cuyo coste total estimado ronda los 17 millones de euros. 

 

Un año más tarde, en octubre de 2019, el jurado del concurso convocado por Fomento y compuesto por miembros del Ayuntamiento de Murcia, la Comunidad Autónoma y el propio ministerio, seleccionó como ganadora a la propuesta presentada bajo el lema “HA-HA redactado por la UTE formada por el estudio de arquitectura madrileño Ayllón Paradela de Andrés y la oficina internacional de arquitectura y paisajismo Burgos y Garrido, al entender que con ella se conseguía un espacio público amable que a su vez garantizaba la puesta en va alor del yacimiento” sobre un ámbito de 12.400 m2.


 
 

Según las bases del concurso, el Ministerio de Fomento adjudicaría al ganador del concurso de ideas la contratación posterior del proyecto de ejecución y dirección de obras como hizo el pasado verano mediante proceso negociado sin publicidad, es decir, mediante adjudicación directa por un montante total de 1.178.000 euros. Cuatro minutos tardaron en licitar y adjudicar.  El anuncio de la formalización del contrato se publicó en el BOE el pasado 6 de noviembre.

Pero resulta que el ministerio ha adjudicado un contrato millonario para la redacción de un proyecto que se concibió pensando en un planeamiento urbanístico sin adaptar. Esa es la clave de todo. El pliego de prescripciones técnicas del concurso de proyectos de intervención de jurado para la puesta en valor del yacimiento habla textualmente de "...recuperación del espacio urbano Jardín de San Esteban, respetando las previsiones del planeamiento general, que fija el uso de zona verde/espacio público en esta parcela..."  

Pero es que el Jardín de San Esteban ya no es un parque metropolitano, es un yacimiento con elevadas protecciones legales y culturales. Probablemente, es imposible recuperar ese espacio sobre rasante como dice el apartado "Condicionantes Urbanísticos" del citado pliego de prescripciones técnicas.

El secretario de Estado de Infraestructuras del Ministerio de Fomento, Pedro Saura, se ha comprometido a revisar a fondo  el expediente por si, como parece,  no se han hecho las cosas ajustadas a la legalidad. Basta con que repase los artículos 37 y 44 de la Ley 4/2007, de 16 de marzo, de Patrimonio Cultural de la Comunidad Autónoma.
 
 
A tenor del dinero gastado por el Ayuntamiento de Murcia: 324.000 euros solo entre 2018 y 2020, diera la impresión de que se ha hecho algo importante en el yacimiento de San Esteban. En realidad,  luces, pérgolas, chinarro y tres proyectos de revisión y diagnóstico del estado de conservación del yacimiento valorados en 56.900 euros, 48.380 euros y 13.469 euros respectivamente según la relación de contratos menores. Con tanto estudio de diagnóstico, el consistorio murciano sabe mejor que nadie el lamentable estado en el que se encuentra uno de los hallazgos arqueológicos en extensión más importantes de cuantos se han descubierto este siglo en España: proliferación de malas hierbas, inundaciones reiteradas y caída de muros. La malla geotextil para proteger los restos era provisional y han pasado años. Quién puede asegurar hoy que cuando todo eso se excave no encontrarán más que un amasijo de barro.
 
 
En casi una década han convocado tres concursos de ideas para la "puesta en valor" del yacimiento, han contratado costosas infografías y movido papeles, miles de papeles, mientras se degradan los restos iluminados por leds de colores. 

 
El Yacimiento de San Esteban sigue siendo un herida abierta en el corazón de la ciudad que debe ser curada de una vez. Supura abandono, desidia, despilfarro, mentiras y hasta trampas políticas inadmisibles. La lucha desinteresada de miles de personas por conservar vivo un legado de nuestro pasado no merece menos. Por una vez, hagan las cosas bien. El yacimiento no es un estorbo, es una oportunidad.