domingo, 18 de abril de 2021

MIERDA DE TORO

 
"El origen de nuestros problemas políticos reside en el hecho de que la democracia necesita unos actores que ella misma es incapaz de producir". Daniel Innerarity.
 
Hola Mundo.
 
Tras dos largas semanas de vacaciones, la Asamblea Regional  presidida por el honorable pregonero de la mano en el pecho, ha reiniciado esta semana la actividad parlamentaria centrada en "lo importante" como suelden decir desde el PP: el silvestrismo y el pin parental. Ambas cuestiones respaldadas por PP, VOX, exVox y exCs (mayoría absoluta) y con aspectos en común: el silvestrismo consiste en cazar y enjaular pájaros para enseñarles a cantar y el pin parental pretende enjaular las mentes de nuestros hijos para que no sepan que la homosexualidad no es una enfermedad o que la violencia machista existe y es terrible. "Gobiernos de libertad" lo llaman. Les preocupa más la alfabetización de los jilgueros que la de nuestros hijos.


El Partido Popular ha votado a favor del pin parental que es ilegal, ha votado a favor del silvestrismo que también es ilegal en la Unión Europea, ha votado en contra en el Senado de condenar la corrupción política que supone transfuguismo y, para rematar, se ha abstenido a la propuesta de VOX  para el Mar Menor de abrir las golas como en los años 70 pese a que no cuenta con respaldo científico de ningún tipo y de llevarse a cabo también sería ilegal, no superaría una Evaluación de Impacto Ambiental mínimamente seria. Fin de la cita. Podría decirse que el Partido Popular se ha echado al monte del todo asilvestrado.

Nadie podrá decir que el Partido Popular no está enseñando la patita con respecto al Mar Menor. Es grave que no haya votado en contra de la apertura de las golas cuyo dragado en tiempos del dictador Franco tanto daño causó al Mar Menor con la entrada de especies invasoras. Los pescadores admiten que el Mar Menor nunca volvió a ser el mismo. En los años inmediatos al dragado de las golas a principios de los 70, los científicos constaron una bajada de la temperatura y de la salinidad de la laguna. Lo que se conoce como "mediterranizción". Y numerosas especies invasoras lograron introducirse en el Mar Menor desplazando a las autóctonas.  Pero es que querían convertir La Manga en otra Marbella y no repararon en gastos ni en mal gusto. Los pescadores de San Pedro del Pinatar arrancaron en los 80 el compromiso de devolver la gola del Estacio a su situación original, nadie cumplió. 
 
El dragado de golas  acabaría con el Mar Menor y todo un ecosistema único en Europa, pero eso ya lo sabe el Partido Popular. El Mar Menor está más en peligro que nunca. No por los nitratos que siguen entrando, sino por la contaminación política que rebosa y porque el gobierno regional es rehén de tránsfugas y expulsados. Es un gobierno débil y desprestigiado. Aunque parezcan cómodos y digan que son un gobierno estable y unido, están incómodos y son tan estables como la nitroglicerina. Ya han demostrado que harán lo que haga falta con tal de retener el gobierno, con el Mar Menor también.
 
Y luego están los de Abascal, de reunión en reunión con los regantes e importantes empresarios agrícolas pidiendo, como no, la derogación de la Ley del Mar Menor. VOX sabe que tiene en la Región de Murcia un importante caladero de votos al que cuida y con el que se sienta a la mesa para pesambre de populares. Quieren que Murcia sea la primera región de España con un presidente autonómico de VOX y puede que lo logren. Manejan encuestas internas que ponen de los nervios a los populares de López Miras. No descarten que en 2023 PP y VOX se repartan el gobierno de la Región dos años cada uno.  De momento, José Ángel Antelo VOX pide una día si y otro también el cese de los consejeros TRÁNSFUGAS, que no disidentes, y elecciones anticipadas que limpien de "retales y desechos el gobierno y la Asamblea".

 
El Mar Menor debería ser declarado parque natural, estar incluido en el Catálogo Español de Hábitats en Peligro de Desaparición y, por supuesto, dotarlo de personalidad jurídica de forma que se pueda defender  en tribunales. Según el barómetro del CEMOP, el 92% de los murcianos apoya que sea declarado parque natural, por lo que solo hace falta voluntad política  que no existe. El sector agroindustrial mueve muchos votos y dinero en esta región y lo que es peor, no está dispuesto a ceder ni un metro. No acepta que el modelo de agricultura intensiva alrededor de la laguna es insostenible y que requiere de una reconversión profunda. La agricultura es absolutamente necesaria, pero de otra manera.
 
No entienden que acabarán siendo castigados por los consumidores europeos. Que en la UE está cobrando impulso convertir el "ecocidio" o destrucción sistemática de la naturaleza en un crimen internacional a la par que el genocidio perseguido por la Corte Penal Internacional de la Haya. El Parlamento Europeo podría aprobarlo a finales de mes, aunque hay resistencia por parte de los de siempre: los partidos conservadores y de la extrema derecha.
  
A cada propuesta para defender el Mar Menor, salta el lobby agrícola a través de la Fundación Ingenio, abre el catálogo de catedráticos en nómina y nota de prensa al canto rebatiendo lo que haga falta, incluso que la tierra es redonda si hace falta. La última nota remitida a los medios de comunicación califica de "extravangancia política" dotar al Mar Menor de personalidad jurídica y dice que declararlo parque regional sería viable "si solo hubiese arbustos en la zona y no agricultura sostenible de alta productividad". Y así todo, así siempre.
 
Los promotores de la ILP para dotar al Mar Menor de personalidad jurídica llevan recogidas más de 50.000 firmas, pero son necesarias 500.000 y tienen de plazo hasta julio, aunque podrán pedir una prórroga de tres meses. Lo tienen complicado porque los ciudadanos están en otras cosas y a muchos el Mar Menor les pilla lejos. Muchos españoles no saben ni dónde está la joya salada del Mediterráneo.
 
De conseguirse, no obstante, sería el primer caso en Europa. Muchos países están pendientes de la iniciativa para copiarla porque están viendo como colapsan sus ecosistemas y que  llevamos 40 años con leyes de protección de la naturaleza que han resultado del todo ineficaces. El Mar Menor da fe de ello. Ninguna ley ha sido capaz de protegerlo por la avaricia de unos pocos y la desidia de muchos, empezando por los ciudadanos murcianos que alarmados por la mortandad de peces, se manifestaron por las calles de Cartagena y a los cuatro días  acudieron a votar mayoritariamente a la ultraderecha en las elecciones generales de noviembre de 2019.

La misma ultraderecha que desde la tribuna del Congreso de los Diputados dice falsamente que la mortandad de peces se debió a un vertido urbano y no a un episodio de anoxia derivado de la eutrofización que provocan los nitratos y los fosfatos agrícolas como concluyó la comunidad científica. La misma ultraderecha que niega que el acuífero cuaternario esté gravemente contaminado y arremete contra el Ministerio por haberlo declarado en mal estado químico porque eso perjudica la imagen de los agricultores cuando acumula 300.000 toneladas de nitratos. La misma ultraderecha que dice que el impacto humano agrícola apenas influye en la laguna, que el mayor impacto lo produce la  propia naturaleza cuando llueve torrencialmente y las ramblas meten agua y tierra en el Mar Menor. Al menos, no han dicho que es culpa de las cremas solares como llegó a asegurar ante el juez el ex consejero Antonio Cerdá. 
 
 
Dicen tantas barbaridades por minuto que falta tiempo para desmontar relatos plagados de mentiras. Pero es que la mentira  está de moda, goza de impunidad y, además, es infalible. Eso sostiene el periodista Javier Gallego: "La verdad no importa. Está devaluada. No vale un duro. Lo que vende es la mentira. La mentira funciona, da votos, seguidores, hinchas, fanáticos, parroquia. La verdad es controvertida y te confronta, puede hacerte dudar y cambiar de opinión. La mentira te da la razón, te afianza, te adula y reconforta, es una palmadita en la espalda, el azucarillo después de la pirueta, la recompensa. Es fácil comprar las mentiras que nos refuerzan, difícil enfrentarse a verdades que nos llevan la contraria"
 
Otros sostienen que es peor que la mentira y que el término que mejor define a algunos políticos de nuestro tiempo es  "mierda de toro" que es la traducción literal del término "bullshit" acuñado  en los años 80 por el profesor emérito de filosofía de la Universidad de Princeton, Harry G. Frankfurt. 

Para Frankfurt, bullshit es mucho peor que mentir. El mentiroso es alguien que ha hecho un esfuerzo para saber qué es verdad, pero intenta ocultarla porque no le conviene.  Un mentiroso está haciendo algo reprobable, pero lo hace conscientemente y la verdad le importa. Un bullshitter, por el contrario es completamente cínico. Un político que  basa su estrategia en bullshit es un político que tiene un respeto nulo por sus oponentes, la evidencia empírica o sus propios votantes. Es alguien a quien la verdad o la mentira le importan un comino. Su único interés es convencer a la audiencia y dirá lo que haga falta para conseguir lo que quiere ¿Les suena? A poco que se pongan reconocerán a más de uno. En la Región de Murcia vamos sobrados de bullshitter. Charlatanes siempre prestos a decir sandeces y difundir patrañas para impresionar y convencer y, sobre todo, con las que desviar la atención sobre lo realmente importante.
 
¿Y qué es lo realmente importante? Lo importante es que el Mar Menor sigue en equilibrio inestable. Lo importante es que la región de Murcia es el tercer destino turístico menos atractivo para los españoles. Lo importante es que muchos de nuestros titulados universitarios no llegan ni a mileuristas, que acceden mayoritariamente a contratos temporales y que la mayoría debe emigrar de la Región de Murcia para lograr condiciones laborales decentes con las que labrarse un futuro. Lo importante es que Murcia es la región con más pacientes de salud mental en lista de espera por falta de medios. Lo importante es que no hay indicador económico en el que la región no esté a la cola. Lo importante es que demasiados empresarios aún pagan parte del sueldo en negro y que se acepta como normal. Lo importante es que hay más casas de apuestas que escuelas infantiles. Lo importante es que la Región de Murcia se encuentra por debajo de la media nacional en  prácticamente todos los indicadores de cobertura de Servicios Sociales según el CES. Lo importante es que el 20% de los jubilados de la región, unos 50.000, malvive con una pensión de entre 600 y 650 euros al mes. Lo importante es que apenas se construyen infraestructuras públicas nuevas ya sean centros de salud, colegios, institutos, centros sociales o residencias de ancianos. Lo importante es que seguimos padeciendo un ferrocarril tercermundista y que no hay un auténtico servicio de cercanías. Lo importante es que la semipresencialidad educativa está causando un daño irreparable a miles de niños. Lo importante es que el gobierno regional pretende imponer un Decreto de Atención Temprana que rechazan las familias y los profesionales y que perjudicará gravemente a miles de niños con necesidades especiales. Lo importante es que decenas de familias siguen reclamando dignidad y justicia para los padres y madres que perdieron en residencias de ancianos convertidas en trampas mortales, desahuciados por un médico al otro lado del hilo telefónico, en residencias sin medios donde corrieron litros de morfina y que han recibido un portazo de la Asamblea Regional porque el Partido Popular, apoyado por Cs, VOX y los exVOX, consideró que era más importante investigar la llegada de pateras.
 
Llevamos demasiado tiempo hablando de malos gobernantes, de personas incapaces de enfrentarse a la compleja realidad de los problemas que han de solucionar. Que hacen política sin voluntad de compromiso, de manera permanente en campaña aun sentados en el despacho del Ejecutivo. Que henchidos de arrogancia han olvidado la importancia del ponerse de acuerdo y que están ahí al servicio de todos nosotros, los electores.