Hola Mundo.
Definitivamente, la Región de Murcia se ha convertido en una especie de territorio comanche en el que incumplir la legalidad vigente no pasa factura e impera la ley del más fuerte en la mejor tierra "pobre" del mundo.
Lo que faltaba por ver es al Gobierno regional cuestionando un informe del Seprona de la Guardia Civil sobre la acumulación de metales pesados en tres fincas agrícolas donde se están cultivando y vendiendo lechugas, melones y patatas y, con ello, poniendo en riesgo la salud de la consumidores y la imagen exterior del sector hortofrutícola murciano. Y no pasa absolutamente nada.
La consejería de Agricultura, Agua y Medio Ambiente ha venido a decir que los agentes del Seprona de la Guardia Civil no saben hacer su trabajo. Que son unos ñapas que no han sabido interpretar los resultados de las analíticas realizadas en tres fincas del Llano del Beal cuyos resultados asustan porque las concentraciones son cien veces superiores a lo permitido.
"En valores absolutos, hay que destacar una altísima concentración hallada en una de las muestras que alcanza un valor de 12.750mg/kilo; más que un suelo se asemeja a las concentraciones propias de un residuo peligroso” advierte el informe de la Benemérita remitido el juez del número 4 de Cartagena. Imaginen dos sobres de azúcar llenos de plomo por kilo de tierra. Pues desde la Consejería de Agricultura aseguran que no hay nada que temer, que las fincas son aptas para el cultivo porque solo hay metales pesados en los caminos que bordean las parcelas agrícolas que es por donde discurre el agua cuando llueve. ¿Y el viento que arrastra los metales pesados? ¿Y los movimientos de tierra cuando se labra?
El consejero de Agricultura, Antonio Luengo no debe haber leído este párrafo del informe de la Guardia Civil sobre la transferencia del suelo a los productos
agrícolas cultivados sobre esos suelos contaminados. Dice así: "dadas
las elevadas concentraciones de metales pesados en las muestras de
suelo M2, M3 y M4, resulta evidente que las verduras, hortalizas y
cereales que sobre ellos se cultivan, estarían acumulando estos metales
en sus tejidos, produciéndose la transferencia de estos contaminantes a
la cadena trófica, siendo el consumidor final, dependiendo del cultivo,
el ser humano, el ganado o la fauna silvestre. De los metales pesados
existentes en estos suelos contaminados destaca el PLOMO por su elevada
concentración en su forma biodisponible (fracción de metales pesados que
está disponible para la absorción por las plantas y su acumulación en
los tejidos)". Fin de la cita.
¿De verdad alguien cree que el Seprona de la Guardia Civil pediría al juez la suspensión "inmediata" de la producción en esas fincas agrícolas y que se paralice la comercialización de los productos cultivados en ellas si no estuviesen seguros de las analíticas realizadas y de los resultados? Si los niños de El Llano del Beal tienen plomo en sangre, cómo no va a haber plomo y metales pesados como arsénico, cadmio y zinc en el suelo y en los cultivos. ¿A qué espera la Consejería de Salud para tomar cartas en el asunto por el principio de precaución? ¿Si el juez atiende a las peticiones del Serpona, paraliza la producción y exige la trazabilidad de los productos para evitar que lleguen al consumidor, dirá también la Consejería que el juez no sabe hacer su trabajo? ¿Cuánto años llevan sin sellar la balsa Jenny siendo de competencia autonómica? ¿Por qué no obligan a la empresa Portman Golf?
La irresponsabilidad de la Administración regional es evidente. Ante la más mínima duda deberían tomar medidas al tratarse de la salud de las personas. Pero no, niegan la evidencia y a seguir porque los sondeos electorales les son favorables y, por tanto, se sienten legitimados para hacer lo que les dé la gana. Se sienten respaldados por los murcianos que les votan hagan lo que hagan.
No es la primera vez que se habla de la contaminación de los cultivos por metales pesados. El pasado mes de septiembre, el periódico La Opinión se hizo eco de una tesis doctoral de la UPCT que concluyó que podría existir un riesgo por ingesta continuada de verduras cultivadas en suelos de la sierra minera.
El periódico tituló: "Las lechugas de la Sierra Minera llegan a la mesa con metales pesados". Pues alguien con poder debió protestar y, rápidamente, la UPCT emitió un comunicado aclarando que se habían publicado extractos de texto y datos sin consultar con su autor, Jacinto Martínez, ni con los directores de la investigación. Y que "los ensayos con lechugas se realizaron utilizando suelos agrícolas seleccionados pos su alto contenido en metales por lo que se estudiaron en condiciones extremas" y que "las condiciones de cultivo en macetas en invernaderos no puede extrapolarse al comportamiento de los metales pesados en campo abierto, al quedar estos retenidos en la maceta y pudiendo incorporarse a los tejidos vegetales con mayor facilidad".
En definitiva, la UPCT trató de restar importancia a las conclusiones de la tesis doctoral de uno de sus investigadores y, de paso, sugirió que eran necesarios más estudios "in situ". ¿Más aún? Así funciona la Región de Murcia, basta con alguien con poder levante el teléfono y llame al orden.
La de llamadas al orden que deben haber realizado los patronos de la Fundación Ingenio para que nada cambie en el Campo de Cartagena, solo que con el Mar Menor ya no cuela. La ciudadanía está alerta y quizá por eso han decidido echar el resto a siete meses de las elecciones autonómicas y municipales.
¿Podemos concluir que la Fundación Ingenio está haciendo campaña por VOX? Pues eso parece y, en su alocada e irresponsable campaña negacionista, ha organizado un acto para el próximo 26 de octubre en Torre Pacheco con el lema "Ven a conocer la gran mentira contra los agricultores". En realidad, un acto para seguir engañando y manipulando a los agricultores que, según dicen, contará con la participación de personalidades clave. Lo anuncian como un "cónclave vital" para la supervivencia del sector que terminará con un vino español.
En el mensaje que se está difundiendo vía Whastapp arengando a los agricultores a acudir, dejan claras varias cosas: que llevan meses pidiendo sin éxito al Gobierno regional que modifique la Ley del Mar Menor para adaptarla a sus deseos empresariales y que la ciudadanía ha aprendido a distinguir una noticia de un publireportaje. Por eso arremeten contra los medios de comunicación que no han comprado sus mentiras negacionistas e insisten en informar de los numerosos estudios científicos nacionales e internacionales que concluyen que la principal causa de la eutrofización que padece el Mar Menor está causada mayormente por los nitratos y fosfatos de origen agrícola. El mensaje también denota desesperación porque hablan incluso de una denuncia colectiva contra la Ley del Mar Menor de 2020.
ESTE ES EL MENSAJE:
"O agricultores, familias y cooperativas del Campo de Cartagena, amenazadas por las restricciones de la ley de Protección del Mar Menor y las medidas cautelares de CHS o abandono de cultivos y destrucción de miles de puestos de trabajo en el Campo de Cartagena.
O la Fundación Ingenio activa una masiva denuncia colectiva contra la Ley de recuperación y protección del Mar Menor por contener preceptos inconstitucionales y que criminalizan a la agricultura o las analíticas del Observatorio Permanente del Mar Menor apuntan claramente a los vertidos urbanos como responsables.
La Ley actual criminaliza a los agricultores y hace inviable la supervivencia a medio plazo de la agricultura en el Campo de Cartagena. La ley 3/2020, de recuperación y protección del Mar Menor, aprobada en el año 2020, ha permitido llevar a cabo expropiaciones encubiertas en determinadas zonas, dando lugar a la ruina económica de miles de agricultores y a la imposibilidad de seguir cultivando en el Campo de Cartagena a precios competitivos. Tras 2 años exigiendo la modificación de la ley, solamente recibimos excusas de la administración para no cambiarla, algo que no demuestra sino la incompleta voluntad de llevar a cabo ningún cambio que permita la supervivencia de los agricultores y de la agricultura en el Campo de Cartagena.
Al mismo tiempo, los medios de comunicación, que reciben fondos millonarios de los distintos gobiernos, han seguido una estrategia de criminalización intencionada hacia la agricultura, hasta llegar a hacernos creer que somos culpables. Esto es lo que hemos llamado LA GRAN MENTIRA.
Los intereses para hacernos responsables son muchos. Señalando al agricultor, ocultan la responsabilidad de las administraciones en la deficiente gestión de las aguas residuales urbanas ( saneamiento y depuración) de los metales tóxicos mineros y de otros factores que apenas mencionan. Además, desmantelando el Campo de Cartagena permitirían a otras zonas agrícolas salir beneficiadas, al mismo tiempo que nuestro arruinado valor patrimonial serviría para comprar nuestras tierras a precio de saldo, del que se beneficiarían otros intereses empresariales como empresas fotovoltaicas, curiosamente el único uso que permite la Ley del Mar Menor en las zonas expropiadas encubiertamente en el Campo de Cartagena. La estrategia es clara: DESMANTELAR POCO A POCO EL CAMPO DE CARTAGENA".
Sin duda, se trata de un cónclave NEGOCIONISTA con un título de lo más acertado puesto que van a contar mentiras. El título "La gran mentira" puede que sea la única verdad que han dicho.
Y lo han convocado justamente un día antes de la jornada organizada por la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Transición Ecológica en el salón de actos de la UNED-Cartagena sobre "Intercambio de experiencias demostrativas para fomentar la sostenibilidad de la agricultura en la cuenca vertiente del Mar Menor" enmarcada en el proceso de coordinación y diálogo con el sector agrario para el diseño de la convocatoria de ayudas a proyectos de restauración y mejora ambiental de explotaciones agrarias de la cuenca vertiente del Mar Menor, contempladas en el Marco de Actuaciones Prioritarias del Mar Menor que impulsa el Ministerio de Transición Ecológica. Claro que otra agricultura es posible alrededor del Mar Menor, solo que no quieren.
Que a estas alturas se siga negando la evidencia científica y analítica y que muchos ciudadanos sigan comprando el relato mentiroso e interesado del patrón, político o empresario, solo evidencia una cosa y es que la Región de Murcia no tiene arreglo. Que se ha convertido en una especie de territorio comanche en el que incumplir la legalidad vigente no pasa factura e impera la ley del más fuerte en la mejor tierra "pobre" del mundo. Sí, tierra pobre porque sus ciudadanos siguen sin entender que la Democracia conlleva esfuerzo y que deben exigir a sus gobernantes que dejen de administrar el estancamiento y el retroceso para avanzar y mejorar.